Es conocida como una de las urbes más extravagantes del mundo. Con edificios como el famoso Burj Khalifa, que con sus 828 metros de altura y 160 plantas es el más alto del mundo, la ciudad de Dubái siempre intenta superar a los demás destinos. Y este mes, la capital de los Emiratos Árabes Unidos lo ha vuelto a hacer. El pasado 12 de enero, el Departamento de Asuntos Islámicos y Actividades Caritativas de Dubái (Iacad) anunció el próximo gran proyecto de innovación de la ciudad: una mezquita impresa en 3D.
El edificio, que abrirá sus puertas dentro de dos años, estará ubicado en el barrio Bur Dubái, uno de los más antiguos de la ciudad. Una vez construida, la mezquita ocupará unos 2.000 metros cuadrados y tendrá un aforo de 600 personas.
"La construcción durará unos cuatro meses para completar la impresión 3D de la estructura del edificio y otros 12 meses para equiparlo con las instalaciones adecuadas", comentó el director del departamento de ingeniería de Iacad, Ali Al Suwaidi, que se encarga de realizar el proyecto.
Las obras están previstas para empezar en octubre este año y desde Iacad esperan abrir las puertas a la mezquita en el primer trimestre de 2025.
Coste más elevado
La construcción de la mezquita constituye un paso más en la estrategia del país árabe de convertirse en el centro mundial de la tecnología antes de 2030. No obstante, desde la propia Iacad admiten que el uso de la impresora 3D elevará el coste de la construcción de la mezquita. "El coste es un 30% más alto que construir la mezquita de manera normal porque es la primera de su tipo en el mundo", aseguró Al Suwaidi.
Sin embargo, desde la organización prevén que la construcción con tecnología 3D sea más barata en el futuro y que alcanzará el mismo nivel de precio que los edificios construidos de manera tradicional con una garantía de construcción de 30 años.
La impresora 3D elegida para realizar las obras tiene capacidad de imprimir dos metros cuadrados por hora con tres personas manejando la máquina y usará una combinación de materias primas y hormigón cuidadosamente preparado para la construcción. El uso de la impresora 3D reducirá además los residuos de material de construcción y tendrá menos consecuencias negativas para el medioambiente, según Iacad.
Líder mundial en tecnología 3D
Dubái lleva años apostando por la impresión 3D como tecnología innovadora en el ámbito de la construcción. En 2015, el país árabe desveló sus planes de crear la primera oficina impresa en 3D del mundo que se abrió frente a los Torres Emiratos en Dubái en mayo de 2016. La construcción duró tan solo 17 días con un coste de casi 129.000 euros (140.000 dólares).
Ese mismo año, el país presentó la Estrategia de Impresión 3D de Dubái, una inicitiva que buscaba convertir a la ciudad en un hub global de desarrollo de tecnología 3D en los sectores de la construcción, la medicina y en productos para consumidores.
En 2019, Dubái inauguró el primer edificio de dos plantas impreso en 3D, el más grande del mundo construido con esta tecnología con sus 640 metros cuadrados y 9,5 metros de altura. Para levantar el edificio, la constructora estadounidense Apis Cor usó una impresora 3D, una grúa para moverla y tres trabajadores para manejarla.
En agosto de 2021, el líder del país, Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, firmó un decreto para regular el uso de impresoras 3D en la construcción en Dubái con la promesa de que un cuarto de todos los edificios construidos en el país se hará con esta tecnología en 2030.
Grandes ambiciones
De momento, las obras de la mezquita las llevará a cabo la start up local Immensa Technology Labs, fundada en 2020 con el lanzamiento de la Alianza Estratégica de Impresión 3D de Dubái, una plataforma que se creó para unir a los interesados en este sector y apoyar a las empresas e industrias que buscaban hacer frente a la creciente demanda de esta tecnología.
Según la Fundación de Futuro de Dubái, el valor del sector de impresión 3D en la construcción en la capital alcanzará los 550 mil millones de euros en 2025.
No obstante, el país también busca llevar la tecnología 3D a otras industrias como, por ejemplo, el sector de la medicina. Dubái espera producir órganos artificiales impresos en 3D en 2025 que costarán menos de 100 euros así como dientes cerámicos artificiales en menos de 20 minutos con una impresora 3D.
El país también fabricará en 3D productos como ropa o comida rápida y con ello espera incluso superar el valor del sector de la construcción en 2025.