
Puede que hace unos años se tratara tan solo de un sueño, una tecnología al alcance de muy pocos y cuyas funcionalidades no estarían del todo definidas, menos aún en el sector de los videojuegos. En pleno 2016 no nos cabe la menor duda de que la realidad virtual es, y será, uno de los mayores avances que veremos dentro y fuera de la industria.
Por ahora dicho mercado queda formado por el triunvirato Oculus Rift, el gran pionero en la realidad virtual; HTC Vive, dispositivo desarrollado en colaboración por la todopoderosa compañía de Gabe Newell, Valve; y PlayStation VR, el casco oficial compatible de PlayStation 4.
Las pretensiones para con la realidad virtual en los videojuegos son claras: ofrecer una experiencia de juego diferente, totalmente inmersiva y por ende llevar un paso más allá la diversión del jugador. Por desgracia, y en contra de lo que pudiera pensarse en un inicio, serán muy pocos al menos en su lanzamiento, los que podrán disfrutar como mandan los cánones de la tecnología.
HTC Vive y Oculus Rift aterrizarán en PC esta primavera. El precio de cada uno de los dispositivos asciende al coste de 799 y 699 euros respectivamente. A ello hay que añadir para más inri un PC que permita ejecutar los títulos con el mínimo de calidad establecido, de no ser así la experiencia se verá lastrada por constantes caídas de frames, entre otras características, que podrían traducirse en mareos y problemas derivados que hay que evitar a toda costa.
Es pues Sony quién tiene la última palabra de cara a acercar la realidad virtual al gran público y no convertirla en una tecnología propia de jugadores elitistas. Si las grandes compañías, e inclusive diseñadores aclamados como Hideo Kojima, ya han adelantado que estarían encantados de trabajar en futuros títulos para la VR, ¿qué mejor forma de vender tu producto a un precio razonable para la mayoría de usuarios de PlayStation 4?
Aquí no terminaría la jugada de la empresa nipona, pues sí además los números acompañan para establecer un coste asequible para el jugador medio, las ventas de su actual plataforma podrían dispararse aún más.
El motivo es bien sencillo: PlayStation 4 se convertiría en la plataforma perfecta y más barata para disfrutar de la realidad virtual sin depender de la necesidad de actualizar el hardware y todo ello por un precio inferior al de HTC Vive u Oculus Rift.
Por ahora todo son conjeturas en torno al coste de PlayStation VR. Sony sigue sin soltar prenda al respecto, situación que parece indicar que será el E3 2016 el evento en el que podría darse a conocer tan esperada noticia. Con una feria que la compañía japonesa bordó el año pasado a base de enormes noticias para los fans de los videojuegos, no cabe duda de que un precio económico para PlayStation VR puede ser uno de los llamados 'megatones' del E3.