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Análisis.- Sim City: creando tu ciudad ideal

MADRID, 16 (Jesús Delgado/Portaltic) Maxis y EA lanzaron la semana pasada el regreso de la franquicia Sim City a los PC de todo el mundo. ¿Pero el clásico se ha regenerado o al tratar de revitalizar el nombre de la marca se ha convertido en otra cosa muy distinta, alejándose de la esencia que le valió convertirse en una leyenda de la estrategia urbana? Lo Mejor: - Simplificación de opciones de construcción.

- Juego cooperativo con otros usuarios.

- Interfaz fácil e intuitiva.

Lo Peor:

- Dependencia de conexión a Internet para jugar.

- Excesiva exigencia técnica en contraste con las bajas prestaciones.

- Imposibilidad de salvar/cargar partida. El juego no tiene vuelta atrás.

El nuevo Sim City ya está a la venta. En un intento de revivir la franquicia Maxis trae a su vieja gloria una vez más a la palestra de los videojuegos. Sin embargo, este Sim City no es un juego de estrategia al uso, ya que desde el primer momento, un examen detenido de la interfaz de inicio revela que se trata de toda una apuesta por el juego online.

De este modo, el jugador que se conecta a los diversos servidores de EA, que gestionan este juego, se encuentra desde el principio con la posibilidad de jugar en partidas creadas por otros jugadores, o por el contrario abrir una propia él mismo. La cual podrá estar abierta a todos los usuarios de Origin o por el contrario restringir el acceso, haciendo la partida 'privada'.

A partir de ahí, el gestor de partidas permite elegir diversos escenarios: islas, bosques, penínsulas, costa, montañosos... regiones en las que nuestras ciudades y las de otros jugadores podrán situarse y posteriormente colaborar entre sí, comerciando con recursos o servicios para hacer viable el gobierno del área.

Así, una vez los jugadores estén establecidos y cuenten con ciertos productos y servicios exclusivos (o no), podrán mercadear con estos, ofreciéndoselos a sus vecinos. Por ejemplo, enviando bomberos cada vez que haya un incendio en la ciudad vecina a cambio del petróleo que ésta extrae; o prestando un servicio de autobuses a cambio del excedente de agua potable, etc...

Sin embargo, todas estas opciones son solo posibilidades lejanos que los jugadores podrán desarrollar una vez hayan primero hecho crecer sus respectivas ciudades, algo que no es en modo alguno sencillo ni fácil.

LA FUNDACIÓN DE UNA CIUDAD

Por lo general, cada partida se inicia obligando al jugador a abrir una carretera que una el núcleo de la ciudad que va a levantar con la autopista que une las otras urbes del área. Esto implica que el jugador deberá decidir cómo y de qué manera realiza la ordenación de su ciudad, discerniendo entre tres tipos de barrios: residenciales, comerciales e industriales. Como es obvio, cada uno tiene su función.

Pero especial atención caben los dos primeros, ya que, dependiendo de factores como su proximidad a las zonas industriales y a cierto tipos de edificios especializados, la calidad de éstas se reducirá o aumentará.

Así, por ejemplo, un barrio residencial pegado a una zona industrial, pronto se convertirá en barriada, a menos que el jugador realice cambios en la ordenación, añadiendo un parque o una comisaria (o un edificio similar) que aumente el nivel de la zona.

No obstante, debe hacerse notar que el juego no pretende entrar en consideraciones sociales, y de ahí que su mecánica razone la necesidad de discriminar entre barrios bajos, de clase media y clase alta. Ya que dependiendo de su población, la ciudad podrá contar con un tipo u otro de comercio.

Paralelamente, si las zonas son importantes, las carreteras que las conectan lo son aún más. Ya que en total este Sim City cuenta con 7 u 8 tipos de vías diferentes, las cuales permiten en mayor o menor medida el crecimiento de la zona, albergando edificios más grandes o más pequeños en función del factor de densidad asociada a ella. Así, una calle de baja densidad limitará la edificación de viviendas a adosados, frente a una vía de alta densidad que permitirá levantar rascacielos.

Si llegados a este punto el lector de artículo se siente confundido, no debería extrañarse. Ya que este sistema resulta bastante caótico y difícil de manejar, incluso después de haber jugado al tutorial y haber echado un par de partidas. Por ello, la mejor forma de dominarlo es mediante el tradicional prueba y error, y aceptando la posibilidad de los errores. Algo, que por cierto, puede exasperar a los jugones más tradicionales, acostumbrados a SALVAR/CARGAR partida a la hora de hacer experimentos.

En su defensa, cabe hacer notar que al menos la interfaz que gestiona todas estas opciones de construcción no sólo es fácil e intuitiva, sino que tiene muy bien acotados todos los campos. Y perderse entre todas sus posibilidades. Dicho de otro modo, está hecha a prueba de torpes.

DEMASIADOS IMPUESTOS PARA TAN POCO SERVICIO

Quizá una de las principales lacras que adolece este Sim City precisamente sea un bajo nivel gráfico. En este aspecto, Maxis no ha apostado por exceso en el acabado visual; pero en cambio los requisitos tampoco son gran cosa.

Así, si bien el juego pide como mínimo un PC Intel Core 2 Duo a 2 GHz o superior con 2 GB de RAM y una gráfica de 256 Mbs, la bajísima calidad gráfica del entorno parece estar hecha a la medida de tan pobres requerimientos. Aunque eso sí, con unos resultados para nada justificados. ¿Lo malo? Es que con un equipo de potencia superior el resultado no mejorará mucho, aunque la suavidad y los tiempos de carga desde luego sí se notarán enormemente.

Ahora bien, esta pobreza visual se debe entender si se tiene en cuenta lo necesario de la constante conexión a Internet para jugar a este simulador. Por lo que para intentar que el juego sea suave, y la cooperación sea efectiva, su diseño ha tenido que simplificarse hasta niveles algo absurdos, por no decir obsoletos.

Sin embargo, debido precisamente a este necesidad y dependencia a la conexión a la red, es muy posible que más de un jugador veterano se eche atrás a la hora de probarlo. Sobre todo teniendo en cuenta que los más tradicionalistas verán como injusta la imposición de tener que jugar con otros usuarios para sacarle todo el jugo a un juego por el que han pagado entre 50 y 70 euros.

CONCLUSIÓN

Maxis en esta ocasión ha arriesgado por un formato, y no ha sido posiblemente su maniobra más brillante. Bastante similar a otros títulos del género y viviendo de las rentas del nombre de Sim City, esta regeneración de la franquicia cuenta con un aprobado alto.

Ideal para los megalómanos que quieran demostrar que ellos sabrían hacerlo mejor que cualquier político local o incluso para los devotos de la marca, un usuario novato sentirá bastante reticencia a meterse en este mundillo. Sobre todo teniendo en cuenta la relación diversión-precio respecto a otros títulos similares.

Diversión: 7,5. Buen simulador de estrategia política urbana.

Gráficos: 6,7. Nada del otro mundo, e incluso por debajo de lo que Maxis puede ofrecer

Jugabilidad: 8. Herramientas e interfaz fácil e intuitiva. Mediante la experiencia se le coge rápidamente el tranquillo.

Total: 7,9. Una puesta al día de la franquicia, sobre cuyo éxito en la fórmula online aún está por probarse.

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