Un ataque alienígena o la desaparición de la ciudad de California. Estos son los escenarios sobre los que trabaja Google para comprobar que su infraestructura podría seguir operativa si ocurriera lo peor.
Google se somete rutinariamente a este tipo de controles con el fin de ser capaz de adaptar sus servicios en el caso de que ocurriera una catástrofe, según ha explicado su director de seguridad, Eran Feigenbaum.
Gracias a las 250 personas que trabajan en el departamento de seguridad, este sector se dedica a detectar, analizar y prevenir incidentes además de notificar al cliente en todo momento lo que ocurre con sus datos. Feigenbaum logra encabezar estas estrategias, que permiten a la empresa garantizar que Google siempre será seguro y estará operativo.
Google y Motorola