El CES brilla estos días en Las Vegas (Nevada, EEUU) gracias a las dos grandes estrellas de la mayor ferial de electrónica de consumo del mundo: la nueva familia de dispositivos inteligentes y vestibles (conocidos globalmente por su denominación en inglés wearable device). Se trata de gadgets equipados con microprocesadores que les aporta cualidades de computación y de telecomunicaciones. A los smartwatch ya comercializados durante el año pasado por los grandes fabricantes se sumarán las pulseras inteligentes de los mismos jugadores.
Cualquier objeto puede ser susceptible de incorporar un chip que le permita comunicarse con otros dispositivos o sensores. Las Google Glass han creado un nuevo mercado al que se sumarán todo tipo de gafas de otras compañías, para así acompañar el lanzamiento de auriculares, ropa y hasta tatuajes electrónicos.
Intel, mayor fabricante de microprocesadores del mundo, ha animado al resto de la industria a invadir de chips los objetos que rodean a las personas. Se trata de un cambio de mentalidad que permitirá a la informática y las telecomunicaciones romper sus tradicionales fronteras y dotar de inteligencia todo tipo de objetos.
También en el CES se ha desvelado que la próxima final de la Copa del Mundo de Fútbol de Brasil 2014 marcará un antes y un después en la historia de la televisión. Será del primer evento en directo que se ofrecerá en super alta resolución, tecnología también conocida como 4K y que proporciona una resolución de imagen prácticamente igual que la percibida por el ojo humano (4096 × 2160 píxeles, lo que arroja 8,8 megapíxeles). Viene a ser como multiplicar por cuatro la nitidez que brinda un televisor de alta definición HDTV. El problema de este salto al futuro es que, por el momento, se desconoce el número de cadenas de televisión que estarán en condiciones de realizar la transmisión. Las cámaras grabadoras son especiales -no sirven las tradicionales-, y el ancho de banda necesario para el transporte de la señal no está al alcance de la televisión digital terrestre convencional. Además, muy pocos telespectadores podrán disfrutar de semejante exuberancia tecnológica, unos por el escaso parque de dispositivos en el mercado y la mayoría por el disparatado precio de los dispositivos (nunca menos de 5.000 euros).
Caprichos vestibles de la mayor feria tecnológica del mundo
Pulseras y bandas: LG y Sony se han subido al tren de las bandas inteligentes. Se trata de una pulsera con una pantalla que permite monitorizar la actividad física y conectarse con otros dispositivos.
Cámaras de TV: Los camarógrafos pueden frotarse los ojos de incredulidad. En vez de cargar con las pesadas cámaras profesionales, podrán colgarse este dispositivo 4K fabricado por Panasonic.
Gafas: Google presumió en 2013 con sus gafas Google Glass, categoría de producto en el que ya están trabajando otros grandes fabricantes. Sony ya luce su prototipo para videojuegos.
Panel solar: Los enchufes eléctricos tienen un serio rival con este tipo de tejidos y artilugios con paneles solares, que proporcionarán energía a los gadgets para prolongar su autonomía.
Auriculares: Intel ha presentado en el CES su Jarvis, un auricular que entiende las órdenes orales (reconocimiento de voz) y que puede sincronizarse con cualquier móvil o tableta Android.
Videocámaras: James Bond estaría encantado en el CES con el arsenal de dispositivos de diminutas dimensiones y altísimas prestaciones técnicas, como esta mini videocámara de Canon.
Relojes: La esfera de los relojes se convertirán en pantallas con las que se podrán interactuar igual que con los móviles. Las prestaciones de los smartwatch se sofisticarán prodigiosamente.
Guantes: El sensor Zipp que se adapta a un guante de golf (pero también a cualquier muñequera o zapatilla) permite almacenar hasta 1.000 datos por segundo sobre el ejercicio realizado.