
La letra pequeña de muchas 'apps' permite a las compañías revolver por la información del usuario e incluso leer sus mensajes de correo electrónico. Por Robin Henry y Cal Flyn
El negocio prospera para Daniel Rosenfield. Su compañía, Sun Products, produce toda una gama de aplicaciones que se descargan a una tasa de 5.000 al día. Rosenfield no cobra por las aplicaciones, pero los beneficios procedentes de permitir a los anunciantes comercializar sus productos utilizando información se cosechan cuando los usuarios aceptan sus términos y condiciones.
Rosenfield es un converso al mercado de rápido crecimiento del smartphone, y usa programadores rusos y chinos para producir aplicaciones, incluida una linterna básica para los teléfonos y una guía de pérdida de peso. Actualmente produce una aplicación a la semana y espera haber creado más de mil para finales de 2013.
Según los términos y condiciones de su aplicación de linterna flashlight, su firma puede tanto "llamar a números de teléfono sin su permiso como obtener las listas de cuentas conocidas por el dispositivo, determinar el número de teléfono y número de serie de este terminal si la llamada está activa, el número al que esté conectada la llamada" y "permite a la aplicación recopilar, en cualquier momento, imágenes que la cámara esté viendo".
Al preguntársele por qué necesitaba acceso a esta información privada, Rosenfield dijo que los anunciantes se lo pedían. "Los ingresos que se obtienen de vender las aplicaciones no son comparables a los ingresos que se obtienen de dar las aplicaciones de manera gratuita y sencillamente cargarlas de anuncios", comentó.
En Londres, Zoe Duncombe, de 25 años, analista actuarial, se descargó la aplicación de pérdida de peso de Sun Products, que incluye una lista de consejos para hacer régimen. A los minutos de cerrarla, Duncombe recibió una alerta en su smartphone que decía: "¡Haz una travesura! ¡Encuentra a los más macizos del lugar y empieza a chatear!" El mensaje -enviado varias veces- le dirigía a un sitio de citas para adultos. "Es de lo más preocupante. Podría haber sido un teléfono de trabajo, y si estuviera con un colega y saltara eso habría resultado de lo más inapropiado y vergonzante", comentó. "No hice más que echarle un vistazo a los términos y condiciones, pero la verdad es que no los entendí, cosa que me preocupó... Ahora me pregunto a qué otras cosas de mi teléfono tuvo acceso esta aplicación".
The Sunday Times descargó la misma aplicación en dos smartphones, y ambos se vieron bombardeados con los mismos mensajes. Sin embargo, el uso de información privada por los creadores de aplicaciones no es coto exclusivo de las pequeñas empresas de nueva constitución como Sun Products.
Multinacionales de Internet como Google, Facebook y Yahoo! también pueden acceder a información personal. La aplicación de Faceboo, se ha descargado más de cien millones de veces a los smartphone Android de Google, pero muchos de sus usuarios no se dan cuenta del acceso que proporcionan a sus datos privados.
Los derechos de las 'apps'
Recientemente, Sunday Times examinó 50 aplicaciones Android, desde herramientas de asesoramiento financiero a simples puzzles. En virtud de los términos y condiciones de descarga, seis -incluido Facebook- facilitaba a sus creadores el derecho a "leer mensajes SMS almacenados en su dispositivo o tarjeta Sim". Facebook admitió que, como parte de un estudio de un posible servicio nuevo, ha estado accediendo a los mensajes de texto de los usuarios, pero que no comparte la información que recoge con ninguna compañía externa.
Otras grandes compañías de medios sociales, incluidos Yahoo! Flickr y Badoo, también admitieron leer los mensajes de texto a través de sus aplicaciones. Yahoo! y Flickr dijeron que hacerlo era necesario para cumplir sus exigencias de seguridad, mientras que Badoo insistió en que sólo leía los mensajes relativos a su propio sistema de pago de SMS.
En una declaración, Google afirmó: "Desde el comienzo, Android ha contado con un sistema de permisos líder del sector que informa al consumidor de a qué datos puede acceder una aplicación y pide la autorización del usuario antes de su instalación". Sunday Times comparte una aplicación Android con su periódico hermano The Times. Como la mayoría de las aplicaciones, Android pide su permiso para acceder al estado del teléfono, por lo que puede saber si una persona está hablando por teléfono y con quién. En la mayoría de los casos es para impedir que la aplicación interfiera en las llamadas.
A diferencia de Android, las aplicaciones descargadas del App Store de Apple tienen una política general de condiciones, con unas 17.000 palabras. Apple dice que realiza una rigurosa revisión de cada aplicación antes de ponerla en su tienda. Sin embargo, se vio avergonzada a principios de mes cuando algunas compañías con aplicaciones para iPhone, incluida Twitter, admitieron copiar las agendas de los usuarios y almacenarlas en sus servidores sin el permiso expreso de los usuarios. Apple afirmó que ahora se aseguraría de que los usuarios recibieran notificación cuando se accediera a sus listas de contactos.
Steve Jobs, difunto cofundador de Apple, advirtió estos peligros en 2010, afirmando que muchos "quieren coger datos personales y absorberlos". Además, eruditos y activistas por la intimidad comparten esos temores. Los desarrolladores de aplicaciones usan la información sobre los usuarios, la anonimiza y comparten con anunciantes y empresas de investigación de mercados. La riqueza de información les permite enfocar sus productos y recopilar información.
Con todo, según Aldo Cortesi, consultor de seguridad con sede en Nueva Zelanda, el sistema utilizado para anonimizar la información personal puede fallar por las ingentes cantidades de datos guardados. Cortesi descubrió que podía identificarse a sí mismo a través de la supuestamente anónima información mantenida por una red de aplicaciones de juego. "No se trataba más que de una pequeña red. A mayor escala, hay graves consecuencias para la intimidad de la gente".
A medida que los teléfonos han ido evolucionando, pueden ejecutar toda una gama de aplicaciones. Una vez instaladas, pueden relacionarse y recuperar información de diversas funciones del teléfono, como su cámara y agenda.
Aplicaciones ' con permisos'
Una aplicación denominada Tennis Juggling Game usa esta capacidad para interceptar las llamadas salientes del usuario a fin de poder sustituir el tono de llamada por un anuncio de audio. Puede hacerlo en virtud de los términos y condiciones -o "permisos", como Google los denomina- exigidos para descargarla, e incluso se ejecuta cuando se cierra la aplicación.
Harnarinder Singh, desarrollador de la aplicación, admitió que los permisos eran innecesarios, añadiendo: "Pido disculpas a mis usuarios, y he vuelto a publicar una nueva versión que elimina estos permisos".
Otra aplicación denominada Justin Bieber Droid Wallpapers, que cambia el fondo de pantalla por una imagen del famoso adolescente, puede rastrear la ubicación del usuario mediante un software de GPS y ver su historial por Internet, identificar las demás cuentas del teléfono, incluida la dirección de correo electrónico del usuario y su perfil de Facebook. Era una de ocho de las 50 aplicaciones que en virtud de los términos y condiciones podía "marcar números de teléfono sin su intervención [la del usuario]".
Para algunas aplicaciones como las que usa Skype, el servicio telefónico por Internet, y Google Maps, el motor de búsqueda de ubicaciones, se trata de una parte integrante del servicio que ofrecen. Sin embargo, los expertos advierten que otras apps están usando este acceso para marcar números de tarifas premium sin contar con el conocimiento del usuario del teléfono.
La creciente preocupación que ha desencadenado, ha hecho que varias empresas de tecnología del mundo firmaran un acuerdo para proporcionarle más información al usuario. A pesar de ello, Rosenfield no tiene dudas sobre los beneficios de este negocio. "Estoy seguro de que serán mi principal fuente de ingresos... sólo tengo 30, 40 aplicaciones para la plataforma, pero quiero llegar a mil. Si ahora estoy generando, 100 dólares al día, cuando tenga mil... bueno, haga la cuenta".