
El teléfono corporativo de Francisco José Garzón Amo, maquinista del tren accidentado en Santiago que causó la muerte a 79 personas, se perdió tras el siniestro, por lo que el juez ha pedido la información de llamadas y mensajes a la compañía telefónica. Informe policial: El maquinista del tren siempre presionó el pedal que evita que el tren se detenga
Así lo han indicado fuentes próximas a la investigación, que han explicitado que el magistrado instructor, Luis Aláez, ha solicitado una reconstrucción exacta de los hechos.
Las citadas fuentes han confirmado que en las diligencias practicadas sobre el teléfono personal de este conductor, natural de Monforte, Lugo, no se ha encontrado información acerca de llamadas o 'SMS' en los instantes previos a la tragedia.
Tras el accidente y por el sistema interno de cabina, Garzón Amo, que se había hecho cargo de la conducción del convoy en la estación de Ourense, habría comunicado que el percance se había debido a un error suyo, y habría añadido que "somos humanos, somos humanos, si hay muertos caerán sobre mi conciencia".
Estas fuentes consultadas, que han informado del testimonio de Garzón Amo ante el juez que instruye la causa, Luis Aláez, han precisado que éste ha dicho que se despistó y no era consciente del punto del recorrido en el que se encontraba, razón por la que no ha achacado lo acontecido ni al estado del vehículo ni al trayecto por el que en ese momento discurría.
El lugar del accidente
En la curva de A Grandeira, limitada a 80 kilómetros por hora, Garzón Amo superaba en más del doble la velocidad permitida, como él mismo ha reconocido en dependencias judiciales.
El juez Aláez ha pedido una reconstrucción exacta para ver cuando Garzón Amo pudo haber perdido la noción del tramo en el que se hallaba, han apuntado las fuentes consultadas.
El conductor del Alvia, al que se le imputan 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, ha confesado que cuando quiso frenar ya era demasiado tarde, pese a que llegó a hacerlo.
Freno de emergencias
Garzón aceptó este domingo en su testimonio de casi dos horas ante el juez que lo ocurrido no es achacable a un fallo técnico, ni tampoco a las condiciones del vehículo que pilotaba ni del trazado, sino a un "error humano".
Las mismas fuentes han precisado, sin embargo, que a lo largo del día de ayer los técnicos de la policía judicial han continuado realizando pruebas, de acuerdo con las diligencias emitidas por el juzgado, con la previsión de que a finales de esta semana se sepa con más precisión qué pasó en el momento del accidente.
En concreto, los investigadores tratan de determinar el eventual uso del teléfono móvil por parte del maquinista; la zona en la que se encontraba la totalidad de la tripulación del tren accidentado en el momento del suceso y por qué el conductor activó el freno de emergencias pero cuando el tren ya había descarrilado.
La prevista apertura hoy de las cajas negras del tren Alvia accidentado que cubría la ruta Madrid-Ferrol, en los juzgados de Santiago, permitirá aportar más información sobre lo sucedido.
Fuentes de la investigación han precisado que las cajas negras acumulan numerosa información sobre la circulación del convoy y las conversaciones que transcurren en la cabina del conductor. La información se registra en unos discos duros que los investigadores volcarán en ordenadores para desentrañar su contenido.
La versión del SUP
El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José María Benito, ha afirmado este martes que en el teléfono personal del conductor del tren Alvia que descarriló cerca de Santiago de Compostela, Francisco José Garzón, "no hay ninguna llamada ni ningún mensaje" antes o durante el accidente.
En declaraciones a Cuatro recogidas por Europa Press, el portavoz ha asegurado que, tras analizar el terminal, han corroborado que en ese teléfono no hay nada que demuestre "que hubo un despiste por estar hablando por teléfono", por lo que, ha concluido que esta no fue la causa del despiste del conductor, la cual pudo provocar el accidente.