
Francisco José G.A., maquinista del tren Alvia que descarriló el pasado miércoles en Santiago de Compostela, ha acabado de prestar declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez. El conductor del tren Alvia ha quedado en libertad con cargos tras testificar durante dos horas
Además, a Francisco Garzón se le ha retirado el pasaporte y se verá obligado a presentarse cada semana en el juzgado. También se ha procedido a la inmediata inhabilitación para ocupar el cargo de conductor de ferrocarriles, de modo que no podrá para seguir pilotando ferrocarriles.
En las primeras imágenes a su llegada a los juzgados escoltado en un coche policial, se ha podido apreciar un aspecto demacrado y abatido en el maquinista imputado por homicidio imprudente.
Francisco José G. A., que se mostró muy aturdido y responsable de lo sucedido en una primera conversación con los servicios de emergencias, se negó a declarar posteriormente ante la Policía, cuando estaba ingresado en el hospital para recuperarse de las heridas sufridas.
Aunque podría haber elegido acogerse a su derecho a no declarar ante el juez, al parecer, el conductor del Alvia accidentado ha preferido contestar a sus preguntas.
Presunto homicidio imprudente
La Policía le acusa de un presunto delito de homicidio imprudente y contempla como hipótesis principal la de que un despiste por parte del maquinista desembocara en el fatal accidente en el que han perdido la vida 79 personas.
Los agentes han barajado la opción de que Francisco José G. A., de 52 años y experimentado conductor de trenes, incurriese en un error humano distraído por alguna llamada o comunicación desde su teléfono móvil y no advirtiese las señales de seguridad que alertaron de una velocidad excesiva.
En el tramo en el que se produjo el descarrilamiento, la velocidad marcada por la hoja de ruta del trazado no puede superar los 80 km/h. El maquinista pudo entrar en la curva a 190 km/h, más del doble.