
Representantes del Gobierno no dejan de repetir que serán las investigaciones policiales y judiciales las que determinen las causas del descarrilamiento del Alvia 730 que no llegó a Ferrol, su destino final. Sin embargo, la tesis única del error humano por negligencia del maquinista no deja de ser vertida por los ministros responsables de Interior y Fomento.
Francisco José G. A., maquinista con 30 años de experiencia en Renfe, fue pronto considerado responsable de lo sucedido tras admitir en su primera llamada a emergencias que "entró fuerte en la curva", circulando a una velocidad de 190 kilómetros por hora. En ese tramo, el máximo está señalizado con un límite de 80 km/h.
Mientras se recuperaba en el hospital, era ya custodiado por agentes de la Policía en calidad de detenido para ser interrogado.
Imputación "rápida"
Tras rechazar hablar con la Policía y recibir el alta hospitalaria, el detenido ha sido trasladado a la comisaría para que pase a disposición judicial, donde tendrá que declarar ante el juez como imputado por un presunto delito de homicidio imprudente.
El sindicato de maquinistas se mostró muy sorprendido por la "rápida detención e imputación" a su compañero. "No sabemos lo que ha ocurrido", insistió el secretario general del Semaf, Jesús García, tras lo que comentó que no esperaban que el maquinista que conducía el tren acudiera en calidad de imputado a la primera declaración ante el juez.
En este sentido, sostuvo que se actuó de manera "incorrecta" con el maquinista del tren accidentado en Santiago de Compostela, pero subrayó que, por el momento, tampoco descartan "nada", ya que ha podido ocurrir, según comentó, "un problema de infraestructuras" u otro.
Rechazan el error humano como única causa
Sin embargo, el sindicato de maquinistas ha rechazado que el error humano sea la única explicación, y han puesto sobre la mesa la hipótesis de fallos en los sistemas de seguridad instalados a lo largo del recorrido de la línea. Este sábado, un representante de los maquinistas conocedores de esa línea explicaba que el sistema de seguridad europeo, el ERTMS, se encuentra inoperativo en ese modelo de Alvia debido a que "da fallos en la comunicación" con el tren.
Precisamente este era el único dispositivo de seguridad que podía haber evitado el accidente, ya que no solo alerta cuando detecta una velocidad excesiva en un determinado punto del trazado, sino que es capaz de ejecutar una detención del ferrocarril sin que sea necesaria intervención alguna del maquinista.
"El hecho de que haya un accidente nos hace ver que hay algo mal diseñado o que no ha funcionado correctamente", ha explicado el portavoz del Sindicato de Maquinistas Ferroviarios, Santiago Pino.
También ha insistido en que tienen que considerarse todos los datos y que el error humano no parece la causa que pueda explicarlo todo: "Solo con un error no se debería llegar a eso. Tiene que confluir alguna circunstancia para que se produzca ese accidente tan tremendo".
A esta nueva sombra de la duda tardaron poco en reaccionar los ministros de Interior y Fomento, Jorge Fernández Díaz y Ana Pastor, respectivamente, durante la visita que realizaron este sábado al lugar del siniestro.
Así, el titular de Interior, manifestó que la Policía detuvo al maquinista que conducía el Alvia accidentado en Santiago porque "hay indicios racionales como para pensar que pueda tener una eventual responsabilidad" en relación con lo ocurrido, aunque es el juez quien debe "determinarla".
Pastor defiende la seguridad de los sistemas
Ante las alertas de los maquinistas sobre posibles problemas en los sistemas de seguridad en su interacción con los modelos Alvia, la ministra Ana Pastor respondió con la intención de zanjar toda duda sobre los mismos.
La ministra defendió el sistema de seguridad de los trenes por cumplir con el ordenamiento comunitario y español y subrayó, en un reproche 'no nominal' al maquinista detenido, que los operarios ferroviarios tienen la obligación de cumplirlo.
La ministra aseguró que no ha habido "en ningún momento" recortes que afectasen a las medidas de seguridad que se aplican en el sistema ferroviario español y que estas cumplen con el ordenamiento jurídico preceptivo, pero ha puntualizado que "esas normas se tienen que cumplir" y que será la investigación la que debe esclarecer "si se cumplieron las normas marcadas".
El error humano, la tesis que más interesa a España
Minutos después de estas declaraciones de Ana Pastor, era el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien aludía más directamente a lo que puede afectar a España que se confirme otra causa que no sea únicamente el error humano para explicar el accidente en el que han fallecido 78 personas.
"Es evidente que hay muchos intereses al respecto, incluso algunos intereses económicos por parte de determinadas empresas o de suministradores de alta velocidad, pero en Galicia sabemos perfectamente distinguir", ha afirmado en su intervención.
El presidente gallego ha ahondado en que "es evidente que hay concursos internacionales de construcción de líneas de alta velocidad en los que España participa y eso es un dato".
Todas las autoridades han insistido, asimismo, en la alta seguridad que va ligada a las líneas de ferrocarril en España. La ministra de Fomento recordó que en España hay más de 14.000 kilómetros de líneas ferroviarias y que todos los días utilizan el ferrocarril más de 1,6 millones de personas. Según ha dicho, ese servicio se presta bajo "todos los requerimientos técnicos y de seguridad" recogidos en el ordenamiento jurídico comunitario y en el español.
Feijóo también destacó que "España en alta velocidad y en seguridad de alta velocidad es de los mejores países del mundo, aunque a algunos países les pueda no interesar este hecho".
Los negocios que podrían perderse
El accidente podría suponer un grave coste para la imagen que quiere vender España en relación al negocio de la alta velocidad.
Animada por su contrato del 'AVE del desierto' en Arabia Saudí, el país se encuentra embarcado en una estrategia proyectada al extranjero para vender sus trenes de alta velocidad.
El próximo objetivo es Brasil, donde en septiembre se adjudicará la primera línea de alta velocidad sudamericana entre Río-Sao Paulo-Campinas, por un monto estimado de 16.400 millones de dólares. España concurre con un consorcio de 11 empresas públicas y privadas (incluidos tres grupos extranjeros).
Estados Unidos, Rusia, Kazajistán y Emiratos Árabes son otros de los destinos a los que mira España para hacer negocio en plena recesión económica.
Solo el tiempo y la investigación podrán determinar lo que la tragedia en las vías de Santiago de Compostela llegarán a influir en la economía del país.