
El chef turco Nusret Gökçe, protagonista de uno de los vídeos más virales de 2017 gracias a su extravagante forma de echar sal sobre los alimentos, es el propietario de la exitosa cadena de restaurantes Nusr-Et Steakhouse, que ha llegado a EEUU y que incluso está valorando su salida a bolsa. Sin embargo, los críticos de cocina de este país no están contribuyendo a este éxito y están criticando el producto, la cocina y el precio abultado de los platos.
Ambientado en el antiguo espacio de China Grill en el excelente barrio Midtown Manhattan, el Nusr-Et Steakhouse de Nueva York está recibiendo muy malas críticas desde su apertura. El diario The New York Post etiquetó su crítica como "Public Rip-Off No. 1" (del inglés Estafa pública n. ° 1) después de una cena de 521,45 dólares para tres. La revista GQ, por su parte, dijo que la famosa carne estaba dura, los cócteles eran terribles y que las botellas de agua cuestan 9 dólares. A esta mala prensa también hay que añadir la exigencia del Departamento de Salud de Nueva York que obliga a Salt Bae a utilizar guantes para salar la carne.
Una de las últimas críticas publicadas ha sido la de la crítica gastronómica de Bloomberg Kate Krader, que compartió mesa con el también critico Robert Sietsema, de Eater.com. Y lo primero que le llamó la atención del local fue una barra circular rodeada de cuerdas de terciopelo rojo y atendida por camareros con delantales de cuero: "Podrías estar en un club nocturno", explica. También llama la atención el cuadro de gran formato de Nusret Gökçe echando sal.
El primer espectáculo de la velada es el denominado carro de sushi, que consiste en envolver lomo crudo cortado en rodajas finas, cepillarlo con esmalte de teriyaki y tostado con un soplete durante 30 segundos. Este es el primer momento en los invitados sacan sus teléfonos móviles para retratar el espectáculo. Sin embargo, esta experiencia no es nada comparado con el efecto que causa cuando Nusret Gökçe aparece en la sala, vestido con una camiseta blanca ajustada con cuello en V y pañuelo y comienza a saludar a los clientes: "Es como si fuera Rihanna", explica Kate.
El plato estrella de la carta es el bistec tomahawk Salt, que corta el propio Gökçe en directo. La crítica de Bloomberg explica que quizá se puedan encontrar carnes mejores y menos caras en el propio barrio de Midtown Manhattan. Sin embargo, cuando el chef aparece para cortar y sazonar el bistec se vive una experiencia "vergonzosamente emocionante, como ver tu película cursi favorita". Además, es un momento en que todos los comensales del local se levantan con teléfono en mano para sacar una instantánea del momento.
Otras opciones de la carta son una costilla de 100 dólares, cara pero con buen sabor; una hamburguesa de 30 dólares con el pan un poco pequeño y demasiada carne; un solomillo marinado con especias turcas por 70 dólares; un costillar de cordero por 250 dólares o carne de wagyu.
Respecto al bar, la crítica gastronómica explica que los cócteles no son una buena opción. Por ejemplo, el #Saltbae Old Fashioned, hecho con jarabe de jengibre y whisky escocés en vez de bourbon, está bastante bueno pero que es un poco caro 21 dólares.
Finalmente, el consejo de Kate Krader para las personas que estén pensado en ir a este restaurante es pasarse por allí pero en vez de probar las mejores carnes subidas de precio, animarse con la comida más barata, las hamburguesas por ejemplo, y esperar a que otro comensal a que se pida el famoso bistec tomahawk y echar la foto cuando aparezca el chef.