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Roberto Verino: "Nadie imaginaba que una fecha tan especial, numéricamente, como 2020 acabara reconsiderando nuestra realidad"

  • El diseñador se inspira en el arquitecto Frank Lloyd Wright para su nueva colección.
  • Repite el concepto "See now, buy now" para presentar su propuesta.
  • Cada diseño incorpora su propia mascarilla de manera gratuita: no quiere hacer negocio con ello.
Roberto Verino, rodeado de modelos, durante la presentación de su nueva colección, titulada 'Racionalismo Orgánico' (fotografías: Alfredo Arias).
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Desde 1982, Roberto Verino lidera una de las firmas de moda españolas de referencia en el mundo que destaca por encima de sus competidores gracias a estar siempre a la cabeza de las propuestas más innovadoras.

Si bien a la hora del diseño apuestan por líneas más atemporales, conceptos como el "See now, buy now", por el que cambian el calendario habitual del sector, presentando en pasarela lo que inmediatamente se va a poder adquirir en la tienda, o su compromiso con la sostenibilidad convierten a la firma en toda una referencia.

En su nueva colección, titulada 'Racionalismo Orgánico', se decanta por líneas más arquitectónicas que se inspiran en el trabajo de Frank Lloyd Wright. A la vista está que con el arquitecto americano comparten una visión del mundo donde la elegancia, la belleza y la naturaleza cuentan mucho, y no se nos ocurre mejor lugar para disfrutar de una copa de Gargalo (la bodega de Verino) que una de las famosas casas de la pradera de Wright. Todo encaja.

Llevas desde 1982 en la moda, ¿este ha sido el peor momento?

Sin ninguna duda. Nadie imaginaba que una fecha numéricamente tan especial derivaría en un problema que nos está obligando a reconsiderar nuestra realidad.

¿Qué papel tiene la moda en la recuperación de la sociedad?

Estamos afectados. Hemos estado encerrados en casa y las personas están más preocupadas, eso es lógico. Tenemos que ser cuidadosos y respetar las normas, pero también tenemos que seguir viviendo. Ahora a nosotros nos toca reinventarnos para hacer lo imposible para que lo posible sea una realidad.

La moda nos permite imaginar y soñar para hacer felices a las personas. Estamos buscando soluciones y siempre se encuentran cosas.

Hay que aprovechar las situaciones de crisis y aprende de esta experiencia, darnos la oportunidad de devolverle a la naturaleza lo que le hemos quitado.Lo de consumir sin ton ni son, el usar y tirar, ha sido la norma y es un problema serio desde el punto de vista medioambiental.

¿Esa es una de las razones de tu apuesta desde 2016 por el 'See now, buy now'?

En 2016 iniciamos un cambio de propuesta que para mí era fundamental para alinearme con el consumidor. La moda, con toda su voracidad y prisa, nos estaba llevando a una carrera sin fin y decidí empezar a presentar mis colecciones de cara a los consumidores finales y no a los distribuidores.

La distribución cada día se complicaba más porque la multimarca se estaba agotando y me pareció un momento para cambiar toda esa estructura que encarecía las prendas y en consecuencia, decidimos que la estrategia era llegar al consumidor a través de las tiendas propias, las franquicias y el canal online.

Así competimos con mejor calidad y precio, y el consumidor sale beneficiado. Además, evitamos despilfarros y gastos de materiales, por lo que también colaboramos con la sostenibilidad del planeta.

En estos meses, ¿os habéis sentido desamparados por parte de las instituciones?

Está claro que se podía haber hecho mejor, basta ver los datos, pero no creo que sea un momento para criticar. Hoy tenemos el apoyo, por ejemplo, de los avales del ICO, que son una visión clara de que hay que apoyar la iniciativa privada. Pero más que en las instituciones, yo intento buscar soluciones en las formas y fórmulas que nos permiten ser capaces de llegar más lejos.

Eres de los fundadores de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), ¿en momentos así se demuestra la importancia de estar asociados?

Ahora más que nunca. Fui uno de los cincos que la fundamos, junto con Antonio Pernas, Jesús del Pozo, Ángel Schlesser y Modesto Lomba. Entendíamos que juntos era mejor que por separado. Y si bien soy un defensor de los oficios, también tenemos que buscar el apoyo de la industria, buscarla y aceptar sus condiciones. Hay muchos colegas que se lamentan de que esta no les apoya, pero tenemos que tener claro que todos tenemos que ceder y poner de nuestra parte.

Hablando de creadores e industria, una institución como el Museo del Traje, en la que has expuesto tu trabajo, ¿es importante para el sector?

Te diría que no solo es importante, sino también ilusionante. Después de exponer en el Museo del Traje llevamos la muestra al Museo Provincial de Orense. Coincidí tiempo después con la directora y me recordaba que habían tenido más visitas en el mes que duró esa exposición en la ciudad que en todo el año.

En el Museo del Traje sucedió lo mismo, recibimos en mes y medio más de 20.000 visitas. La Administración se dio cuenta así que tenía que abrir sus actividades a la empresa privada y eso ha sido una realidad que ha posibilitado que muchos colegas hayan podido estar allí. Por tanto, no solo es importante y motivador, a mí me ha llenado de energía: lo aplaudo y lo aplaudiré.

¿Te apuntas a eso de vender mascarillas?

A los vestidos que hacemos les hemos incorporado una mascarilla en el mismo tejido, pero no la vendemos como un plus porque nos parece que no es el momento. Es un producto obligatorio y no me parece bien hacer negocio con ella.

De hecho, también hemos hecho una mascarilla corporativa con nuestro logo en un material que está avalado y testado como antivírico y bacteriano, con lo que conseguimos responder a las máximas exigencias actuales, además de ser lavable para no tener la necesidad de consumir tantos productos de usar y tirar.

Si alguien quiere comprarla, la vendemos al precio de coste, no queremos hacer negocio con ella. Tenemos la obligación de luchar contra el virus.

La colección que presentas se ve pausada, relajada donde parecen triunfar los básicos, quizás la mejor arma para una situación como esta. ¿Es así?

Nuestra idea son prendas perdurables y de calidad. Soy una persona que busca la excelencia y la relación calidad precio, de ahí que tengamos muchos consumidores fieles Gracias a ellos me puedo permitir el lujo de creer que tengo un horizonte claro y no me debo apartar de esa línea ni de esos principios. También nos gusta defender el valor de los oficios, de las personas que disfrutan haciéndolos y de la sostenibilidad.

Con esta nueva colección también aprovechas para darle una vuelta, otra vez, al concepto de desfile. ¿Por qué?

En la moda estamos obligados a ser imaginativos, así que había que buscar una forma de llegar a los consumidores y la prensa. Siempre hemos tenido, además, interés por apoyar oficios que se están perdiendo, así que optamos por realizar un proyecto con la escuela La Tecnocreativa.

De esta forma, a un trabajo como el patronaje, que siempre hemos desarrollado en 2D y en el que fuimos pioneros en digitalizarlo, le hemos conseguido dar una vuelta de tuerca con la tecnología 3D que casi te permite hacer un desfile sin necesidad de modelos.

Esta no sustituye el trabajo de los patronistas, sino que les da herramientas para tomar decisiones, sin necesidad de consumir prototipos que luego hay que desechar.

Además de diseñador, también eres bodeguero, ¿qué papel ocupa el vino en tu vida?

Como a muchos, me gusta disfrutar de un hobby que me hace sentir muy vinculado con la naturaleza. En la moda si te equivocas con una colección, puedes corregir el desarrollo de los diseños, pero con el vino tienes una colección cada año que es la que es, porque la naturaleza te premia o te castiga.

Este año, por ejemplo, vamos a tener una cosecha estupenda, por la climatología que hemos tenido. Además, tiene muchas cosas en común con la moda: en ambos usamos herramientas como las tijeras, hablamos de colores, texturas, aromas… Y si pensamos en el primer vestido de la humanidad, pensamos en la hoja de parra.

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