
Pocos hoteles del mundo poseen la espectacularidad visual del Royal Mansour de Marrakech, un suntuoso palacio de ensueño (no en vano, su propietario es el propio Rey de Marruecos, Mohamed VI) que convierte a sus afortunados huéspedes casi en protagonistas de un cuento oriental de lujo y fantasía.
Hablamos con Thierry Torrents, su director comercial, sobre la situación actual de establecimientos como el suyo, de gran nivel y exclusividad.
Antes que nada, ¿cómo han pasado ustedes el confinamiento? ¿Ha abierto ya de nuevo el hotel?
Marruecos es uno de esos pocos países donde se tomó la decisión de cerrar las fronteras muy temprano. Cuando el país sólo tenía 23 casos, ya se inició el proceso de confinamiento. Mientras la mayoría de nuestros vecinos europeos estaban sufriendo, Marruecos supo controlar la pandemia. El resultado de aquella política preventiva ha sido muy positivo. Hoy, el país está en proceso de rápida recuperación. Con la mejora de la situación sanitaria, estamos esperando reabrir el hotel para principios de septiembre.
La ausencia de turismo internacional debe ser un gran inconveniente para un destino como el suyo.
Marrakech vive de él en su gran mayoría, obviamente, aunque el turista nacional representa una parte no insignificante de nuestras visitas. Con la pandemia, como todos, hemos atravesado fuertes zonas de turbulencias. En este sentido, el Royal Mansour no ha sido una excepción. El hotel se vació en pocos días, algunas reservas fueron canceladas y otras se cambiaron de fecha. Luego, hubo varias semanas sin movimiento alguno, como si el mundo hubiese desaparecido de golpe. Desde que Europa empezó a abrir las fronteras, vemos mayor movimiento, pero aún estamos muy lejos de una situación aceptable.
Ahora estamos en pleno verano, que no es precisamente su temporada más alta en ocupación, ¿no?
El verano en Marrakech tiene dos caras. Para los hoteles de lujo es baja temporada, porque nuestro tipo de cliente buscan más destinos de playa. Sin embargo, para el resto de categorías sí es importante. Aunque haga mucho calor, la ciudad sigue siendo atractiva y dinámica.
Yo recomiendo el otoño como mejor época para visitarnos. Cuando la lluvia y el frío empiezan a azotar en Europa, a unas pocas horas de vuelo, Marrakech ofrece sol garantizado, mercados, museos, restaurantes, terrazas y gran vida nocturna; ya sea para una escapada de puente, vacaciones o un fin de semana. Este otoño va a ser nuestro primer barómetro para medir la evolución de la recuperación del turismo.
La privacidad siempre ha sido un activo muy valorado por los clientes del Royal Mansour. Sin embargo, con el coronavirus, la posibilidad de aislarse en un entorno de gran lujo es ya un reclamo irresistible.
Disponemos solamente de 53 llaves, con un diseño propio muy íntimo, una gran ventaja. Los huéspedes no tienen que caminar por largos pasillos, moverse con ascensores, hacer colas en los restaurantes o estar pegados en las piscinas.
Todo en el Royal Mansour es privacidad. Cada huésped disfruta de su propio riad independiente, como si fuese su propia casa. Sólo el más pequeño de ellos posee 145 m² de experiencias únicas: terrazas, piscinas privadas, salones y patios. Las zonas comunes también garantizan la distancia social recomendada, así que nuestro hotel es un paraíso en el corazón de la ciudad para compartir, relajarse y escapar del mundo exterior.
¿Resistirá mejor el lujo a esta crisis mundial?
De lo poco que hemos visto hasta ahora podemos pensar que sí. El segmento alto suele estar más preparado y se levanta más rápido. Cuando leo que en China, en su primer día de abertura, una tienda de lujo hizo más de 2 millones de dólares en ventas puedo pensar que la gente con alto poder adquisitivo sigue gastando. Es un cliente que quiere lo mejor y nosotros estamos listos para ofrecérselo, aquí en Marrakech.
Habla usted muy bien nuestro idioma...
Nací en Francia, aunque mis raíces son españolas y mi apellido catalán.
¿Es el español un mercado interesante para ustedes? Cerca de ustedes estamos, aunque sólo sea geográficamente, al menos.
Cuando me incorporé al equipo del Royal Mansour, hace poco más de un año, había muy pocos huéspedes españoles. Ha habido varios cambios en la organización para intentar hacer crecer este mercado. España tiene un fuerte potencial.
Para concluir, díganos tres experiencias o servicios del hotel que cualquier cliente del Royal Mansour no debería perderse de ninguna manera.
El Spa del hotel es un destino en sí. Un destino dentro del destino. Espectacular, rodeado por un jardín de cítricos. Es una belleza. Un mundo de relajación y bienestar único y de muy alta calidad.
La segunda experiencia que recomendaría sería nuestra gastronomía. Entre otras ofertas contamos con uno de los mejores restaurantes marroquís del país, La Grande Table Marocaine; y en diciembre de 2019 abrimos un restaurante italiano, Sesamo, a cargo de los reputados hermanos Alajmo (3 estrellas Michelin), con la intención de ofrecer la mejor experiencia de Marrakech para los amantes de este tipo de comida. Todo en Sesamo es único: el personal, la materia prima, los uniformes, la música, la decoración, los candelabros, las telas, los vinos…. Abre sólo para las cenas, al menos por el momento.
Y por último, lo que no hay que perderse nunca es hospedarse en un auténtico riad junto a la familia o un grupo de amigos. De 2 a 4 habitaciones, estos riads ofrecen un servicio de mayordomo privado, una superficie entre 400 m² y 2000 m². Entre sus paredes, el lujo se funde junto al arte de vivir marroquí.