
El significado de diamante, acuñado en la antigua Grecia, se podría traducir en la actualidad como "el invencible" o "el irrompible". A esta afirmación hay que añadir que esta joya, la más preciada del mundo, es un bien finito y que, probablemente, la producción y extracción de diamantes se acabará de aquí a 50 años vista.
La suma de estos dos factores hace que esta piedra preciosa sea la más preciada del mundo y que su adquisición, tal y como cuentan desde Moon Diamonds, "sea un valor seguro a largo plazo". Es precisamente Moon Diamonds, una de las mayores firmas de importación y exportación de diamantes con oficina propia en la bolsa de diamantes de Amberes, quien ha percibido un aumento de la compraventa de los diamantes, algo que ocurre con frecuencia en momentos de incertidumbre económica, situación en la que, actualmente, muchos países se encuentran. Los mismo ha ocurrido con otros materiales como son el oro, las joyas en líneas generales y los relojes.
Cómo tasar la joya más preciada del mundo
Según esta empresa española dedicada al diamante avalada con más de 20 años de trayectoria, en primer lugar, se analiza la pureza del diamante a lupa de 10 aumentos. "Con la pureza describimos las inclusiones, que son impurezas en el interior del diamante que se produjeron durante su formación", explica Ana Vítores, directora creativa de Moon Diamonds. Según Vítores, "todos los diamantes, al ser un producto de la naturaleza, poseen trazas propias de su crecimiento, lo que marca la mayor o menor pureza del diamante". A continuación, se realiza un examen detallado del color de este realizando un análisis comparativo del color del diamante que se quiera tasar en una escala de colores. "Conforme más incoloro (blanco excepcional) sea, más alto será su precio", apunta la directora creativa de Moon Diamonds. "Mirados a lupa, los diamantes con color, y por tanto de menor precio, suelen apreciarse de un tono amarillo. Por el contrario, los más valiosos se ven totalmente blancos", incide Ana Vítores.
Después se estudia la talla, característica que marca la forma del diamante. Esta hace referencia a sus ángulos y proporciones, y se divide en tres grados: proporciones, pulido y simetría. A su vez, cada grado se evalúa de acuerdo con cuatro parámetros: excelente –máximo valor-, muy bueno, bueno y pobre –mínimo valor-. De acuerdo con la simetría, la talla de un diamante puede ser perfecta –mayor valor-, muy profunda y muy corta –menor valor-. Una talla perfecta hace que la luz incidente salga del diamante y a ojos inexpertos podemos decir que brilla más. La talla también marca la forma del diamante.
En base a ella un diamante puede ser: diamante talla brillante –muy distinto de brillante-, diamante talla princesa, diamante talla marquise, diamante talla oval, diamante talla corazón, diamante talla pera, diamante talla esmeralda y diamante talla radiant. Los últimos pasos se centran en analizar el peso del diamante, que se realiza mediante un quilátero profesional para después revisar la eflorescencia, concepto que hace referencia a la reacción de un diamante a la luz ultravioleta y que permite conocer cuán traslúcido es el mismo. Los diamantes con eflorescencias altas pueden parecer lechosos a simple vista. Una vez concluido este análisis, se tiene en cuenta si se trata de una joya montada ya que, en caso afirmativo, se realiza una valoración de cada uno de los componentes de forma separada. Si la joya llevase oro, algo que ocurre en la mayoría de los casos, este se pesa y se valora según el precio del mercado del oro, uno de los mercados que más fluctúa, "en estos tiempos, especialmente", afirma Vítores. Además, "en Moon Diamonds damos valores añadidos a las joyas firmadas cuando pertenecen a colecciones limitadas", explica, "aunque, si no es el caso, se valora objetivamente en función de sus materiales, sin tener en cuenta la firma".
Desprenderse de un diamante o de una joya puede ser un momento comprometido para quien la vende. Por ello, la confianza y la cercanía es esencial para llevar a cabo dicho proceso en el que ambas partes estén de acuerdo y, en especial, quien venda el mineral en cuestión se sienta seguro y cómodo. Para Moon Diamonds, "el trato es la clave para que el proceso sea satisfactorio por ambas partes, por lo que la individualización y la discreción son las premisas más importantes para nosotros", cuenta Ana Vítores. Por ello, sus tiendas, tanto de Madrid como de Sevilla, disponen de espacios reservados para una mayor intimidad, si así se requiere. Una garantía de la compra, ya que estas deben guardar una cuarentena de 15 días para evitar compras del origen fraudulento.
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