
Todo comenzó en 1986, cuando el bioquímico estadounidense Stanley Cohen y la italiana Rita Levi-Montalcini, recibieron el Premio Nobel de Fisiología por sus avanzados estudios sobre los factores de crecimiento nervioso y epidérmico.
Su trabajo fue de fundamental importancia para la comprensión de los mecanismos que regulan el crecimiento de células y órganos, unos avances decisivos que algo que más tarde terminaron resonando en la industria cosmética.
Los factores de crecimiento epidérmico estimulaban la multiplicación de una gran variedad de células e impulsaban la renovación de colágeno y la elastina por su acción profunda sobre los fibroblastos. ¡Eureka! Un mundo de posibilidades se abría para una manufactura que nunca ha dejado de sumar enteros.
Años más tarde, estos avanzados descubrimientos sirvieron de base para fundar marcas como RéVive (en isolee.com ), la línea cosmética resultado de la obsesión del Dr. Gregory Bays Brown, cirujano plástico y reconstructivo, además de un fanático en el arte de regenerar las pieles más rápido, especialmente las quemadas.
La tecnología Bio Renewal es la piedra angular de todos los productos RéVive (Renewal Epidermal Science, RES), una colección de proteínas biotecnológicas inspirada en las proteínas que producimos naturalmente, que imitan el proceso de bio-renovación para regenerar rápidamente la estructura epidérmica y forzarla a que actúe como una piel joven.
Uno de sus best-seller es el dúo RéVive Moiturizing Renewal Cream, con su versión de día y de noche, un par de fórmulas específicas para estimular la renovación celular gracias a su Complejo de Renovación Rápida que revela rápidamente una piel nueva y luminosa.
BioEffect es otro gran ejemplo basado en los factores de crecimiento epidérmico. Gestada por tres científicos islandeses que tras más de una década de investigación, lograron, a través de la bioingeniería, una réplica humana de EGF (Factor de crecimiento epidérmico) derivado de plantas, concretamente de la cebada (hasta el momento solo se podía extraer de una bacteria presente en la microbiota del tracto intestinal, la Escherichia Coli, o de los humanos), convirtiéndose en la primera y única marca con productos a base de factores de crecimiento de origen vegetal.
Su producto estrella fue su serum, que se hizo hueco entre crédulos y escépticos con un gran éxito por sus promesas de eterna juventud: crear una piel más densa y firme, reducir la aparición de arrugas, restaurar la elasticidad de la piel y reducir el tamaño de los poros.
Los telómeros, la clave de la eterna juventud
Otro gran pepinazo fue el que dio en 2009 la doctora Elizabeth Blackburn por sus teorías merecedoras de un Premio Nobel en Medicina sobre el acortamiento de los telómeros (las cápsulas que recubren las terminaciones de los cromosomas e impiden que el material genético se desenrede), la telomerasa (la enzima que evita su acortamiento y mantiene la célula joven), y su incidencia en el envejecimiento prematuro y enfermedades degenerativas.
A telómeros más cortos, mayor envejecimiento celular. Esto dio paso a una miríada de marcas que vieron en esta teoría un filón para sus líneas antiedad.
Como la cosmética molecular de la Dra. Barbara Sturm, quien descubrió en la verdolaga portulaca oleracea un extracto botánico muy utilizado en medicinas tradicionales por sus propiedades medicinales (es regenerante, antiinflamatoria y una excelente fuente del ácidos grasos y glutatión, el antioxidante maestro), la razón de ser de su línea de belleza.
Porque lo curioso e inquietante de la verdolaga, es que es capaz de activar la telomerasa, la denominada 'enzima de la inmortalidad', y evitar así el acortamiento de los telómeros ralentizando el proceso de envejecimiento. Este activo es el hilo conductor de toda la gama de la doctora Sturm.
Otro es Telo-5, y no, no nos estamos refiriendo al canal popular de la televisión española, es nada más y nada menos que una versión de telomerasa creada en laboratorio.
Está presente en Age Arrest de Kate Somerville, una de las facialistas más famosas de EE.UU y la responsable del resplandor que irradian los rostros de actrices como Jessica Alba, Eva Mendes u Olivia Wilde. Age Arrest no solo combate líneas de expresión y flacidez, está diseñada para tratar de manera integral todos los signos del envejecimiento.
El reseteo celular, la segunda oportunidad
El reciclaje celular o Autofagia fue otra de las grandes teorías que se llevó el Premio Nobel de Medicina en 2016, y recayó sobre los hombros del japonés Yoshinori Oshumi por sus descubrimientos sobre los mecanismos que permiten a nuestras células devorar partes de sí mismas para auto-reciclarse y evitar el envejecimiento precoz así como multitud de enfermedades.
Partiendo de estos avanzados descubrimientos, otro de los grandes científicos de la industria cosmética, el dermatólogo Nicholas Perricone (no en vano llamado 'el gurú del antiaging'), se centró en los factores de crecimiento de la espermidina, la que ya están bautizando como 'elixir de vida', como activo crucial para estimular el proceso de autolimpieza de las células, y la ha incluido en uno de sus últimos y prometedores lanzamientos: High Potency Growth Factor Firming and Lifting Serum , con un complejo de activos con un papel esencial en el proceso de regeneración y rejuvenecimiento de los tejidos.
También se centra en el reciclaje celular la nueva gama Key Radiance Care, de la exclusiva Clé de Peau (perteneciente al grupo Shiseido), según dicen, una de las líneas más innovadoras del mercado ya que está diseñada para abordar al mismo tiempo los efectos del estrés más nocivo en la piel.
El interés lo tiene especialmente un ingrediente activo de la colección: la Trehalosa, clave para ayudar a activar la autofagia, y cuando esto sucede, la células actúan como si fueran jóvenes, y la piel gana turgencia y brillo. El producto estrella es The Serum, con la nombrada Trehalosa, pero también algunos ingredientes portento para activar la luminosidad, como la seda y el extracto de perla japonesa.
Belleza molecular, un concepto muy platónico
Pero lo que no se había producido hasta el momento es que el propio ganador del Premio Nobel, fuera quien crease su propia línea cosmética basada en sus estudios. Esto acaba de ocurrir y el artífice es Sir Fraser Stoddart, galardonado con el Premio Nobel de Química en 2016 por el diseño y la síntesis de máquinas y vasos moleculares, y en 2019, fundó su propia marca: Noble Panacea.
Eran tantas las expectativas, que según sacó el hocico al mercado, se la empezaron a disputar grandes del retail como Net-a-Porter o Harrods.
Después de cuatro décadas de investigación y miles de experimentos en torno a los secretos moleculares, se llegó a un sistema de entrega que revolucionaría la forma de entender la eficacia de la cosmética.
La hazaña de Sir Fraser se denominó Organic Molecular VesselTM (OMVTM), un sistema de suministro patentado en principio bastante simple: 10.000 veces más pequeño que una célula de la piel, esta estructura molecular cúbica octogonal perfectamente simétrica construida a partir de carbohidratos y sal renovables y biodegradables, es capaz de albergar y proteger los ingredientes a nivel molecular para preservar la frescura y la potencia de los activos, al tiempo que evita la interacción cruzada.
Es decir, ingredientes como la vitamina C o el retinol, susceptibles de degradación por la exposición a elementos como luz, oxígeno o agua, son protegidos por este sistema para garantizar su integridad y eficiencia, y obtener así los mejores resultados en la piel.
Noble Panacea se divide en dos líneas fundamentales: The Brilliant Collection, para pieles juveniles y The Absolute Collection, para pieles maduras, que combinan ingredientes botánicos con otros médicos (como el retinol o los péptidos) en dosis concentradas, y productos que oscilan entre los 100 y los 400 euros.
Lo interesante es que se presenta en monodosis, una forma nómada y la mar de práctica que además mantiene la fórmula fresca por más tiempo, y está disponible en modo suscripción (cada 30 o cada 60 días), para renovar las dosis según sea necesario.
Su avanzadísimo Intense Renewal Serum (unos 400 euros), contiene además Trepenona, una molécula de activación celular que ayuda en la estabilización de los telómeros para prevenir su degeneración y evitar el envejecimiento de la piel