Castellana Lane nace en la isla de La Palma (Canarias) en 2014, lugar de donde Ana Cortés, creadora de la firma, saca la inspiración para diseñar y producir sus impresionantes creaciones.

Sus primeras propuestas surgieron en un mercadillo de productos ecológicos, donde tuvo la idea de diseñar bolsos con telas de sacos de café –característicos de la isla–, pero decorados con exóticas flores de tela y pedrería hechas a mano. Este punto de partida, este origen, fue el inicio de una firma que hoy desea reivindicar las claves de lujo original, basado en una exclusividad real y en un trabajo artesanal que evita las tendencias globales para generar piezas imperecederas.

La aspiración de la firma es lograr un reencuentro con lo artesanal pero también con el sentimiento, creando una moda caracterizada por sus detalles y explorando la gama cromática que mira a la naturaleza como fuente constante de inspiración. Con cada puntada busca unir delicadeza y corazón, partiendo de aquí, terciopelos, plumas, cristales, paillettes son los protagonistas de su arte. Todos los elementos se funden en su obra en perfecta armonía, con el fin de crear accesorios que definan un nuevo sentido orgánico de la sofisticación.

En sintonía con la marca, la elaboración de cada creación de Castellana Lane supone un proceso laborioso y diligente en el que todo se confecciona a mano, desde sus ribetes interiores hasta los delicados pétalos de las flores que lo decoran, de esta forma destaca por su exclusividad y por el lujo de crear arte.

"Tenemos el propósito de satisfacer a todas aquellas mujeres que saben apreciar el valor de lo auténtico, bajo los principios y parámetros de complejos y minuciosos procesos artesanales, que defienden el trabajo y el carácter excepcional de esta firma, anteponiendo siempre la calidad a la cantidad", concluyen desde la firma.