El quinto encierro de los sanfermines 2017, a cargo de la siempre peligrosa ganadería de los Jandilla, ha concluido haciendo fama al honor de los astados en lo que a la vistosidad se refiere, no en cuento al riesgo de sus embestidas. Hoy no ha habido corneados. Sólo ha habido un traslado hospitalario por contusión craneal. Ha durado 2:12 minutos, el más rápido en lo que llevamos de las fiestas este año
El recorirdo ha sido tenso desde el inicio, cuando, en la Cuesta de Santo Domingo, cuatro toros se han separado del resto de la manada. En una carrera rapidísima, uno de los animales se ha distanciado más si cabe de los otros tres hermanos y ha ido muy adelantado hasta llegar a la plaza de toros cuando el crono marcaba 1:59 minutos.
Afortunadamente, los mozos han sabido acompañarle con carreras limpias que no han tenido ningún incidente grave, más allá de alguna caída puntual y un choque en la curva de la calle Mercaderes, cuando un corredor australiano que se ha quedado parado en la tapia ha sido arrollado por este grupo de cabeza. Ha sido el instante de mayor peligro del encierro, pero no ha sufrido cornada alguna, sólo los golpes. Él ha sido el trasladado a centro hospitalario por contusión craneal.