
El escritor Arturo Pérez-Reverte ha vuelto a convertirse en protagonista en las redes sociales por un artículo publicado el pasado domingo -'No era una señora'- en el que cargaba contra una mujer que le llamó "machista" después de que él le cediese el paso en la puerta de una librería.
En su carta semanal que el escritor deja habitualmente en XL Semanal, Pérez-Reverte comenzaba así el relato de los hechos: "Ayer me quedé de pasta de boniato. Estaba a punto de entrar en una librería y coincidí en la puerta con una señora. Al menos, creí que lo era. Una mujer sobre los cuarenta años, normalmente vestida, quizá con un punto demasiado juvenil para su edad. Por lo demás, de aspecto agradable. Ni elegante ni ordinaria. Ni guapa ni fea. Coincidimos en la puerta, como digo, viniendo ella de un lado de la calle y yo de la dirección contraria. Y en el umbral mismo, por reflejo automático, me detuve para cederle el paso".
Esta actitud no le gustó demasiado a la viandante, quien reprendió a escritor, según cuenta él mismo: "Al ver que me detenía ante ella, en vez de decir 'gracias' o no decir nada y pasar adelante, me miró con una expresión extraña, entre arrogante y agresiva, como si acabara de dirigirle un insulto atroz, y me soltó en la cara. 'Eso es machista'".
Una reacción que dejó perplejo al autor, como él mismo refleja en su artículo: "Oigan. Tengo sesenta y cuatro tacos de almanaque a la espalda, y entre lo que lees, y lo que viajas, y lo que sea, he visto un poco de todo; pero esto de la señora, o la individua, en la puerta, no me había ocurrido nunca. En mi vida. Así que háganse cargo del estupor".
Tras explica que su abuelo, un hombre que "nació en el siglo XIX" le explicó que "a las mujeres se las precede cuando bajan por una escalera y se les va detrás cuando la suben, por si les tropiezan los tacones, que cuando es posible se les abre la puerta de los automóviles, que uno se levanta del asiento cuando ellas llegan o se marchan, que se camina a su lado por el lado exterior de las aceras".
Volviendo a la mujer que lo increpó, Pérez-Reverte se refiere a ella como "cretina de concurso" antes de espetarle: "Cederte el paso no tiene nada de especial porque es un reflejo instintivo, natural, que a la gente de buena crianza, y de ésa todavía hay mucha, le surge espontánea ante varones, hembras, ancianos, niños, e incluso políticos y admiradores de Almodóvar".
Por último, después de acusar a la mujer de pensar respecto a él "lo he hecho polvo" tras el encontronazo, el escritor acaba con un mensaje para ella: "No es por ti, boba. Sé de sobra que no lo mereces. Es por mí. Por la idea que algunos procuramos mantener de nosotros mismos. Algo que, mientras te veo entrar en esa librería que de tan poca utilidad parece serte, me hace sonreír con absoluto desprecio".
A la catarata de reacciones en Twitter se han sumado muchas que critican desde el feminismo las palabras de Pérez-Reverte. Muchos de estos usuarios han aprovechado la coyuntura para rescatar un artículo de 2009 titulado 'Piénselo dos (o tres) veces' en el que el literato aconsejaba no intervenir cuando se presenciase un acto de violencia de género.
"Permítame un consejo, caballero. Si se tropieza con un fulano que le está dando una felpa a su legítima, o sucedáneo, piénselo dos veces, incluso tres, antes de meterse en jardines", comenzaba Pérez-Reverte un artículo con el siguiente cierre: "Resumiendo: cuando ayudas a una mujer, asumes una posible pelea. Y, de igual a igual, ésta no hay forma de ganarla si no es rompiéndole la cara al otro".
En este texto, Pérez-Reverte criticaba a un juez por la condena impuesta a un hombre que medió en la agresión de otro a su pareja y cómo durante el juicio la agredida defendió a su agresor frente al defensor en la pelea.