La Alcaldía de Madrid estudia perdonar las multas impuestas a los personas que practican el botellón, el consumo de alcohol en lugares públicos que no cumple con los requisitos y permisos municipales. A cambio se plantea permutar las sanciones de hasta 600 euros por trabajos comunitarios, pero solo a aquellas personas que puedan demostrar aficiones deportivas y culturales.
El Consistorio de la capital -recoge este miércoles El País- estudia compensar el abono de la sanción con algún trabajo por la comunidad o incluso un tipo de ocio alternativo.
Se trata, dice el concejal Javier Barbero, de demostrar que la persona que gestiona su ocio de otra manera que no sea bebiendo, gasta su dinero en actividades culturales, deportivas, etcétera".
La Ley Regional de Drogodependencias prohíbe desde 2012 "el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, salvo terrazas o días de fiestas patronales". En aquel año, la Comunidad (PP) endureció el régimen sancionador: dobló la multa para los mayores de edad (de 300 a 600 euros) y fijó en 500 euros el castigo para los menores, al tiempo que eliminaba la posibilidad de eludir el pago con trabajos sociales de unas 120 horas aproximadamente.
La ineficacia de la sanción
Cuando los jóvenes reciben la multa, tienen un periodo de 10 días para pagar el importe de la sanción con una rebaja de un 40%. Sin embargo, muchos de ellos todavía dependen de sus padres, no se lo comunican, así que cuando llega la notificación a sus casas, las familias suelen recurrir, y como el recurso puede tener una demora administrativa de cuatro años, puede ocurrir que cuando el joven se enfrente a la sanción, éste haya alcanzado la mayoría de edad y entonces se declare insolvente.
El Consistorio de Madrid reconoce hoy la escasa eficacia de estas multas, y por tanto tampoco el objetivo de reducir el riesgo de beber en las calles.
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