Ryanair reconoce que la atención a sus pasajeros es mejorable. Tras admitir el pecado, la compañía emprende un viraje para evolucionar y mejorar su imagen.
Según relata el diario El País, la aerolínea de bajo coste ha tomado nuevas decisiones ante los cambios en sus gráficos económicos: por primera vez en los últimos cinco ejercicios, su beneficios recortó en un 8%.
La competencia en el sector es fuerte, y en el sector del bajo coste, Ryanair suele estar relacionada con un cuestionable trato a sus viajeros.
Entre las nuevas medidas con las que la compañía dará un paso al frente, está la posibilidad de elegir asiento -y evitar así colas o carreras para coger sitio-, llevar un segundo bulto entre el equipaje de mano, o el que los menores acompañados puedan viajar sin DNI.
Se impone también el respeto al viajero con una megafonía silenciosa en los primeros y últimos vuelos del día, y las tarifas por no imprimir la tarjeta de embarque o facturar la maleta pese a no seleccionar esta opción en la reserva también descienden.
Con esta nueva imagen, Ryanair pretende volver a aumentar sus beneficios y su volumen de viajeros.
Extravagancias de Ryanair
