
En febrero de 2012, las alertas saltaron en las más altas cúpulas del Estado tras la imputación de Iñaki Urdangarin por el 'caso Nóos'. El sindicato Manos Limpias había reclamado un idéntico tratamiento para la infanta Cristina y esta posibilidad suponía una debacle institucional para la monarquía española.
Este mes se convoca una reunión secreta en el palacio de la Zarzuela, presidida por el Rey, y a la que asisten el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
Lo que pasa en este encuentro es la aportación fundamental y novedosa del nuevo libro que publican los periodistas del diario El Mundo Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta, en esta ocasión dedicado al papel jugado por la infanta Cristina: La intocable. Cristina, la infanta que llevó la corona al abismo (La Esfera de los Libros).
Según estos investigadores, la reunión se produjo en la última semana de febrero de 2012. Rubalcaba, como jefe de la oposición, estuvo a punto de asistir tras ser planteado por algunos de los asistentes, aunque finalmente esto no se produjo. En ella, se trazó un plan para salvaguardar a la hija menor del monarca Juan Carlos I de las fauces de la justicia española, a la que, sin embargo, no imaginaron tan atrevida.
"No hay motivos de preocupación, el juez no se atreverá", concluyeron en esa reunión sus asistentes, según refleja el libro de los periodistas.
En la investigación realizada, quedan retratados aspectos desconocidos del comportamiento de la infanta Cristina a lo largo de este período de alta presión mediática y social, como su actitud caprichosa en EEUU y el victimismo por el que la pareja ha parecido decantarse ante las acusaciones de evasión fiscal y fraude.