Sociedad

Las dos versiones sobre el nuevo escenario para Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina

La infanta Cristina junto a Iñaki Urdangarin.

La marcha de la infanta Cristina a Ginebra para encargarse de proyectos internacionales de La Caixa, entidad para la que trabaja desde los últimos 20 años, ha abierto muchos interrogantes acerca del nuevo escenario familiar.

En los medios de comunicación, las informaciones se dividen en dos versiones radicalmente distintas.

Según el diario ABC, la pareja sigue fuerte y enamorada y no ha contemplado en ningún momento una separación. El diario cita a fuentes del entorno de la hija menor del Rey, que han asegurado que nada indica que el matrimonio corra el riesgo de romperse.

Explican que las infidelidades que supuestamente cometió el exjugador de balonmano ya fueron habladas y perdonadas en la intimidad del matrimonio, y eran bien conocidas por la infanta cuando fueron sacadas a la luz en los correos íntimos filtrados por el exsocio de Urdangarin Diego Torres, también imputado en la investigación del 'caso Nóos'. Así, esta versión rechaza que la infanta, dolida, haya elegido poner tierra de por medio y ejecutar el primer paso de lo que se convertiría en una separación oficial.

Además, sobre el traslado de la infanta con sus cuatro hijos, ABC puntualiza, citando fuentes cercanas a la familia, que Urdangarin también se trasladará a Ginebra con ellos, con la diferencia de que su residencia fiscal y legal continuará estando en Barcelona, ciudad a la que viajará con frecuencia para los trámites de la venta de la casa de Pedralbes y para seguir atento al proceso judicial en el que está inmerso.

La versión B

Sin embargo, El Mundo defiende una versión bien distinta de la actual situación de la pareja. Este diario relata, citando a una fuente cercana a la hija menor del Rey, que el traslado es "un primer paso hacia la separación". Asegura esta misma fuente que la infanta "se va sola", y de ahí se deduce la difícil situación que afronta la pareja.

El diario apunta al orgullo de Doña Cristina como causa del paulatino desenamoramiento con respecto a su esposo, debido a la humillación que le supusieron que los correos electrónicos fuesen hechos públicos por Torres.

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