El estreno de las fiestas de San Fermín en Pamplona fue más accidentado que de costumbre debido a la colocación de una ikurriña gigante que retrasó 20 minutos el popular 'chupinazo'.
Sin embargo, no fue esta la única reivindicación política de la jornada. Un grupo numeroso de ciudadananos quiso hacer patentes con numerosos cánticos y símbolos sus peticiones acerca del estatus de Euskal Herria.
Así, se profirieron gritos de 'independencia', otros en favor de los presos etarras y cánticos en contra de UPN, el partido en la alcaldía de la ciudad navarra, mientras se alzaban al aire numerosas ikurriñas.
La policía trató de controlar en todo momento a los manifestantes estableciendo un cordón y llegando a cargar en algunos momentos contra los más activos en la protesta.
'Policía asesina', gritaron entonces los manifestantes, ante lo que las fuerzas del orden respondieron con nuevas cargas, utilizando sus porras contra aquellos que protestaban.