Es un caso claro de confianza ciega en el GPS. Un conductor cayó el pasado martes por las escaleras de una empinada calle céntrica de Teruel. Aunque trató de dar marcha atrás y subir las escaleras, fue imposible. Tuvo que rescatarlo la grúa.
Los fallos en los sistemas GPS que facilitan la ruta en los viajes en coche no son algo extraño. Los vecinos aún no se explican cómo pudo ocurrir, ya que las escaleras se ven bien. Pero algunos aseguran que no es el primer caso. "Ya ha habido cinco", confirma un vecino.
Esta calle siempre ha sido peatonal. Por eso, advierte el relato sonoro, es extraño que los coches desemboquen en esta vía que siempre ha estado cerrada al tráfico. Quizás, plantean los vecinos, se deba a su nombre raro, calle Hartzenburg. En definitiva, es el caso de la obediencia ciega al navegador, un caso que recuerda a aquel tour por Europa de una belga que planeó ir la estación de Bruselas, y cuenta la leyenda que acabó en Zagreb.
De Bélgica a Croacia por un error en el GPS