Emilia Soria, la mujer condenada a prisión por el uso fraudulento de una tarjeta de crédito ajena, eludirá la cárcel. Así lo ha anunciado su abogado, Jorge Albertini, quien ha conseguido frenar el proceso y la pena contra su defendida al lograr que un fallo de forma anulase el proceso.
"Hemos logrado que Emilia no ingrese en prisión y que ni siquiera tenga que hacer trabajos en beneficio de la comunidad ni pagar una multa. Es una resolución firme y no hay vuelta atrás", ha dicho el letrado en el programa de Ana Rosa Quintana de Telecinco.
Emilia se había convertido en los últimos días en protagonista de diversas campañas que pedían el indulto ante las circunstancias en las que se produjo su delito. Ocurrió en 2007, cuando la acusada contaba con 23 años. Madre de dos hijas, separada y con problemas de maltrato, Emilia no tenía trabajo y vivía una grave situación económica.
Fue entonces cuando se encontró una cartera con una tarjeta de crédito. No se lo pensó dos veces y acudió a un supermercado a comprar pañales y alimentos para sus pequeñas. Funcionó. La cajera que atendía el establecimiento no se dio cuenta del engaño y dio por buena la transacción. Todo aquello costó 193 euros.
A Emilia le resultó tan fácil que repitió acción. Fue pillada y acusada de falsedad documental y estafa. Por ambas figuras jurídicas fue condenada a más de dos años de prisión.
En el caso del segundo delito consiguió conmutar el castigo por seis meses de trabajos sociales y el pago de 900 euros. Sin embargo, en el caso de la primera, no fue posible. Emilia (ya con la vida rehecha y 27 años de edad) debía ir a la cárcel en los próximos días, algo que pondría en serio riesgo la custodia de sus pequeñas.
Las redes sociales se hicieron eco del caso e incluso llegaron a comparar su caso como el de Bárcenas. La reacción de indignación por la diferencias entre un caso y otro. Pronto se generó un gran revuelo que consiguió que cambiara de abogado.
Albertini, experto en este tipo de causas, recogió el testigo de forma altruista. Además, la titular de la tarjeta de crédito sustraída, presionó para que se evitara la pena de prisión, petición que no valió de mucho porque el proceso ya era irrefrenable.
Emilia y su abogado solicitaron el indulto como medida extrema y casi como último recurso. Sin embargo, éste tardaría en llegar. Ella se veía ya en la cárcel hasta que hoy se ha enterado de que, finalmente, se ha evitado lo que para ella sería una tragedia.