
"La violencia estructural que se dirige hacia las mujeres con el objeto de mantener o incrementar su subordinación al género masculino hegemónico se expresa a través de conductas y actitudes basadas en un sistema de creencias sexista y heterocentrista". El feminismo español está en pie de guerra después de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, afirmara esta mañana en el Congreso de los Diputados que "en muchas ocasiones se genera la violencia de género estructural contra la mujer por el mero hecho del embarazo". En concreto, muchas voces indican que, precisamente, el aborto se erige como la respuesta de muchas féminas ante esa "violencia de género estructural".
La presidenta de Fundación Mujeres, Marisa Soleto, considera Gallardón tiene una perspectiva sobre el aborto que pretende "redefinir los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y reducirlos a uno solo, la maternidad".
Soleto ha explicado que "hay otros muchos mecanismos para abordar la violencia estructural que supone la desigualdad por razón de sexo antes que poner en duda la autonomía de las mujeres al decidir sobre su propia maternidad".
"Es un tema muy espinoso, pero en mi opinión es muy tramposo decir que para evitar abortos y esa situación de conflicto entre los derechos de las mujeres y la sociedad lo que hacemos es quitarle a las mujeres la posibilidad de decidir para resolver ese conflicto", ha señalado, para incidir en que el ministro aplica un "revisionismo" sobre estos derechos.
En la misma línea, las presidentas de la Federación de Mujeres Progresistas y de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Yolanda Besteiro y Ana María Pérez del Campo mostraron este miércoles su indignación ante las declaraciones.
Besteiro afirmó que esto "es desconocer lo que hay detrás del aborto y, peor aún, qué es la violencia de género". "No es cierto que falte información y apoyo a las mujeres que desean seguir con su embarazo, pero hemos de apoyar tanto la maternidad como el derecho a no serlo", destacó.
Para Pérez del Campo, "es absolutamente engañoso" plantear que "solo abortan las mujeres de capas desfavorecidas" y demuestra no saber "qué lleva a una mujer a interrumpir su embarazo".
"Estoy de acuerdo en que existe violencia de género estructural", y se ve en estos ejemplos, declaró. Finalmente, Besteiro pidió a Gallardón que se entere de lo que son "los derechos sexuales y reproductivos, que implican tanto tener hijos como decidir no tenerlos, su número y en qué momento ser madre".
Twitter y los políticos
Del mismo modo, Internet bulle de indignación ante las denuncias de presiones que "violentan el derecho a ser madres".
"¿De verdad creímos alguna vez que Gallardón era un político centrado?", ha escrito la exministra socialista Leire Pajín en Twitter, mientras que la vicepresidenta socialista del Congreso, Teresa Cunillera, que ha recordado que el hoy ministro "se hizo famoso como el centrista del PP". "¡Cómo serán los de derecha pura y dura!". "Ha salido el verdadero Gallardón! Indignante", ha resumido la diputada y dirigente María González, que ha espetado al ministro que las mujeres no necesitan "padres-Ministros sino garantías y derechos".
"Gallardón ha dicho que penalizar el aborto es liberar a las mujeres de la presión social que las obliga a abortar, ¡vivan las cadenas!", ha escrito el diputado y miembro de la dirección federal Juan Moscoso. La idea de 'liberar' a las mujeres ha indignado también a la madrileña Delia Blanco, que además ha acusado al ministro de "tergiversar" los conceptos de la violencia de género para luego "mezclarlos deliberadamente" con el aborto.
La ex ministra Cristina Narbona ha centrado sus críticas en la intención del Gobierno de recuperar el consentimiento paterno en el caso en el las jóvenes de entre 16 y 18 años embarazadas: "No parece preocupado si hay padres que obliguen a sus hijas a abortar. ¿O es q cree q todos los padres obligaran a lo contrario?", se ha preguntado.
El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares ha lamentado que Ruiz-Gallardón se haya sumado "a los sectores más ultras del antiabortismo. Al llegar a la Comisión de Sanidad del Congreso, el diputado por Asturias ha explicado que, en una u otra medida, todos los ciudadanos son contrarios al aborto, empezando por las propias mujeres que ejercen ese derecho. Lo importante, en su opinión, es que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su propia maternidad, "a tener un hijo o a no tenerlo", siempre con información sexual y con mecanismos de prevención de embarazos no deseados.
"La respuesta de Gallardón sobre el aborto es el reflejo de la derecha más reaccionaria ante los derechos civiles", ha opinado el también el diputado de IU Alberto Garzón en Twitter.
Por último, la diputada del BNG Olaia Fernández Davila ha ironizado con que es a Gallardón al que "hay que poner a parir" porque ha mostrado su "verdadera cara", "la del político más reaccionario de los últimos tiempos". Fernández Dávila ha subrayado que la actual ley protege por igual a las mujeres que quieren ser madres y a las que deciden no serlo. "No ejercer violencia contra las mujeres es garantizarle su derecho a decidir ser libres e independientes".
Desde ICV, Laia Ortiz se ha preguntado si luchar contra la discriminación y la "violencia estructural" que ha denunciado el ministro debe implicar "recortes y reforma laboral.
Las clínicas, en contra
La Asociación de Centros Acreditados para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI) respondió que "obligar a una mujer a continuar con un embarazo no deseado es un acto de violencia tan grave como tratar de impedirle que continúe con una gestación buscada y deseada", pues en ambos casos se genera "morbimortalidad (muerte y enfermedad)".
A su juicio, "una mujer que desea interrumpir su gestación lo hará en cualquier circunstancia".