La llegada de la inteligencia artificial (IA) ha cambiado el paradigma en el ámbito sanitario y, pese a que parezca una contradicción, puede contribuir a la relación social entre médico y paciente. Así lo ha expresado Miguel López-Valverde, consejero de Digitalización de la Comunidad de Madrid, durante la apertura de la jornada La Salud del Futuro: Datos, IA y Medicina, organizada por elEconomista.es.
"Llevamos tiempo hablando de que el paciente debe estar en el centro y ahora es el momento. Estas tecnologías están facilitando la simplificación de los procesos", ha señalado el consejero madrileño, que ha añadido que, de esta forma, se involucra al paciente y al ciudadano en el propio cuidado "de una forma más efectiva".
En la otra cara, en lo que respecta al facultativo, el uso de la IA mejora la toma de decisiones para impactar positivamente en la vida del paciente. "El profesional ha sido siempre muy demandante de tecnología. Quieren simplicidad, tener la información precisa en el momento de la toma de una decisión de forma ágil, y poder dedicarse a la relación con el paciente, que será más próxima, como en la medicina antigua", ha señalado.
Más allá del proceso asistencial, la IA también contribuye a facilitar e incluso a agilizar la investigación de las distintas enfermedades, Sin embargo, posteriormente "en el mundo real no hay tantas patentes que se hayan puesto en producción", según López Valverde. Por ello, ha instado a una mayor cooperación entre países y ha recordado la importancia de la colaboración con la industria, ya que "la investigación es una de las palancas fundamentales".
Para el consejero madrileño, para conseguir este hito, es fundamental la colaboración público-privada. "La colaboración privada es fundamental. Lo que tenemos que hacer como administración es hablar con el sector privado, y que de esa colaboración surjan cosas", ha apuntado.
Con todo, las bondades de la IA pueden sentirse amenazadas si no se hace un uso seguro de los datos, por lo que ha recordado la importancia de la regulación europea en este sentido, sobre todo en lo que respecta a los reglamentos relacionados con la IA y la seguridad de los datos. "Debemos asegurar al máximo los datos que los ciudadanos nos han permitido custodiar y de los que debemos sacar valor para la prevención y para adelantarnos a patologías futuras", ha dicho. Estos datos, tal y como ha finalizado, "deben ser de calidad, porque son la gasolina de la IA".