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La PAC estrena el 'pago verde', sujeto a prácticas ecológicas

Este 2015 es el primer año en que se exigirán prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente para recibir el 30 por ciento de las ayudas directas de la UE.

La Política Agrícola Común (PAC) de la UE supone el 41 por ciento del presupuesto comunitario; ha bajado mucho, desde el máximo del 75 por ciento que llegó a alcanzar, pero todavía es la partida más importante. Para el período 2014-2020 suma 420.000 millones de euros, un 5,5 por ciento menos que durante el septenio anterior, y España es el segundo receptor de estos fondos, por detrás de Francia y por delante de Alemania.

De tan voluminosa cantidad, 298.000 millones corresponden a pagos directos que se otorgan a los agricultores, y el resto se asigna a otras partidas, como los Fondos de Desarrollo Rural. En el caso de España, los pagos directos ascienden a 4.900 millones anuales, un 3,3 por ciento menos que en el septenio anterior.

A partir de este 2015, el 30 por ciento de ese dinero está condicionado al cumplimiento de prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente. Conocido como 'pago verde' -o greening en su denominación inglesa-, ascenderá a 1.453 millones este año, que subirán ligeramente hasta alcanzar los 1.468 millones en 2019. Muchos de los cultivos que se van a recoger este año, plantados el pasado otoño, ya deben haber tenido en cuenta sus condiciones para poder recibir las ayudas.

Tres tipos de actuaciones positivas para el medio ambiente

La agricultura ecológica, los pequeños agricultores -aquellos que perciban menos de 1.250 euros como pagos directos- y los cultivos permanentes, como los olivares o los frutales, percibirán el pago verde directamente. Para el resto de los casos, será necesario que apliquen tres tipos de prácticas diferentes:

1) Diversificación de cultivos. Dependiendo del tamaño de las explotaciones -menores y mayores de 30 hectáreas-, tendrán que alternarse dos o tres cultivos distintos, sin que el principal supere el 75 por ciento de la superficie total. Para ello se tendrá en cuenta sus géneros botánicos, sus especies, el barbecho, y la hierba y otros forrajes herbáceos. Así, se podrán alternar el trigo y la cebada, pero no el trigo blando y el trigo duro.

2) Mantenimiento de pastos permanentes. A escala nacional, la superficie de pastos permanentes no puede descender más del 5 por ciento sobre los niveles de 2005. Si la Administración detecta que esto ocurre, obligará a los agricultores que los hayan convertido en tierra de labranza a restaurarlos. Además, los pastizales enclavados en zonas ambientalmente sensibles no podrán recibir otros usos; las únicas labores que podrán efectuarse en ellos son las necesarias para su mantenimiento.

3) Contar con Superficie de Interés Ecológico (SIE) en las explotaciones de cultivos herbáceos, normalmente cosechados anualmente. Cada Estado miembro ha tenido potestad para escoger qué tipo de superficies se considera SIE en explotaciones mayores de 15 hectáreas, y les afectará en el 5 por ciento del terreno; España ha optado por cuatro categorías: barbechos, cultivos fijadores de nitrógeno -leguminosas, básicamente, a las que deberán sucederse otros cultivos demandantes de nitrógeno, como los cereales-, superficies forestadas en el marco de los programas de desarrollo rural, y la agrosilvicultura que también haya recibido ayudas de desarrollo rural.

El arroz, entre los cultivos excluidos

Además de las exenciones indicadas, no tendrán que aplicar la diversificación de cultivos ni la disposición de SIE aquellas explotaciones que destinen más del 75 por ciento a producir hierba u otros forrajes herbáceos, se queden en barbecho o se haga una combinación de ambos, siempre que la superficie restante -el 25 por ciento- no supere las 30 hectáreas. También estarán exentos los arrozales y otros cultivos bajo el agua.

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