Seguimos siendo optimistas acerca de la renta variable japonesa tras la inesperada contracción del PIB en el tercer trimestre. La subsiguiente debilidad del mercado ya ha sido neutralizada, y consideraríamos las posibles caídas adicionales como oportunidades de compra.
La renta variable japonesa y global (MSCI World) es más sensible al impacto de la actual flexibilización monetaria del Banco de Japón (a través de las expectativas de inflación) que a los cambios en la actividad interior, y el mercado todavía no ha valorado plenamente las consecuencias de la primera.
Por Ibrahim Gassambe