El Gobierno peruano ha anunciado un Plan Nacional de Inversiones en el Sector Saneamiento de 14.500 millones de euros y hace un llamamiento a las empresas para que participen.
Perú celebrará en 2021 el bicentenario de su independencia de la corona española y, como no podía ser menos, abundan los planes y proyectos para que tan señalada fecha brille y sea recordada. Y una de las áreas en la que quiere actuar con rapidez en el abastecimiento de agua potable y en el saneamiento de las aguas residuales. Su intención es que dentro de siete años, el 85 por ciento de la población tenga acceso al agua potable y que el 79 por ciento disponga de servicios de alcantarillado.
En la actualidad, el país tiene 30,5 millones de habitantes, y, de acuerdo con los últimos datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), correspondientes a 2011, el país ya cumple con el primero de los dos objetivos citados, y no parece estar lejos del segundo, puesto que el 72 por ciento de los peruanos ya dispone de sistemas de saneamiento mejorado.
Sin embargo, cuando se desglosan esas cifras atendiendo al reparto entre la población urbana y la rural, el resultado es muy diferente: las ciudades están bien cubiertas, pero en el campo sólo el 66 por ciento de los habitantes tiene acceso a agua potable controlada -redes y pozos- y únicamente el 38 por ciento dispone de servicios de saneamiento en condiciones higiénicas adecuadas.
El departamento responsable de Perú, el Ministerio significativamente denominado de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), maneja cifras más actuales, que son similares a las de la Cepal, aunque peores en algunos puntos: de acuerdo con sus datos, en 2013 sólo el 19 por ciento de la población rural tenía acceso a servicios de saneamiento.
Llamamiento a la colaboración privada
El MVCS acaba de lanzar un Plan Nacional de Inversiones en el Sector Saneamiento que aspira a canalizar 53.500 millones de nuevos soles peruanos, unos 14.500 millones de euros, con el objetivo de conseguir la cobertura universal de toda la población, tanto urbana como rural, en 2021, con lo que se superarían los objetivos anteriormente mencionados.
El titular de la cartera ministerial, Milton von Hesse La Serna, ha hecho un llamamiento a las empresas privadas para que se involucren en la consecución del plan:"Tenemos que impulsar la inversión privada, promoviendo las asociaciones público-privadas que contribuyan a mejorar la gestión de las Empresas Prestadoras de Saneamiento". La fórmula elegida es a través de mecanismos de obras por impuestos y fideicomisos.
Las Empresas Prestadoras de Saneamiento (EPS) son las entidades locales responsables -unas 50, que dan servicio al 84 por ciento de la población urbana- todas ellas de titularidad pública excepto una, Aguas de Tumbes, que tiene participación alemana. El modelo atraviesa una grave crisis, reconocido por todos. El propio Von Hesse La Serna no tiene reparos en afirmar que "en el Perú tenemos un modelo de gestión de agua y saneamiento, a través de EPS, que no funciona y que no sirve".
De ahí que se pida la colaboración de las empresas privadas: "las brechas en agua y saneamiento no serán posibles de cerrar sólo con el aporte del Gobierno nacional, sino que se requiere incorporar más al sector privado como aliado para financiar las inversiones y mejorar la gestión de las EPS".
El Gobierno peruano aspira a conseguir inversiones extranjeras, con fórmulas basadas en la cooperación, como la que acaba de fraguar en la firma de un convenio con una entidad china, el Changjiang Institute of Survey, Planning, Design & Research, para diseñar trasvases entre cuencas que palien el estrés hídrico de muchas regiones.
Inversiones crecientes en abastecimiento y saneamiento
Un proceso de descentralización comenzado en la década de 1990, poco estructurado y con gran injerencia política local, ha derivado en la bancarrota de muchas de las EPS. Sin embargo, la Cepal destaca la mejora experimentada en la gestión administrativa del sector entre 2006 y 2011, que, por ejemplo, ha conseguido reducir la duración de los proyectos desde los 25 a los 10 meses.
Los sucesivos planes plurianuales de abastecimiento y saneamiento se han centrado en cubrir las necesidades de las urbes, si bien el aceptable nivel alcanzado en ellas, y la mejora de la gobernanza del sistema, ya permite que se incrementen las inversiones en el ámbito rural: si en el plan concluido en 2007 se invirtieron 300 millones de euros, el 18 por ciento en el campo, en el plan concluido en 2013 esa cantidad había ascendido a 1.000 millones de euros, un 47 por ciento destinado a las zonas rurales.
Y estas inversiones se notan en algunos indicadores: la cobertura de agua potable ha subido en las ciudades desde 75,8 por ciento en 2007 hasta el 86,1 por ciento en 2013, mientras que en el campo el cambio ha sido muy superior: desde el 36,2 por ciento hasta el 63,2 por ciento.
Entre agosto de 2011 y agosto de 2014 las inversiones ejecutadas, en más de 1.500 proyectos, superan los 1.700 millones de euros.