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Compromiso empresarial en la Cumbre sobre el Clima de la ONU

La vorágine mediática española ha hecho pasar de puntillas al encuentro sobre el cambio climático celebrado el pasado 23 de septiembre, del que me gustaría compartir con los lectores algunas conclusiones que versan todas sobre importante paso adelante dado por las empresas para liderar la lucha contra el cambio climático.

Primero es importante destacar que el encuentro no formó parte del proceso vinculante formal de negociación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que celebrará su próxima Conferencia de la Partes (COP) en Lima, Perú, el próximo diciembre. Ya lo dijo la propia Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que celebrará su próxima Conferencia de la Partes, el encuentro neoyorquino fue "un intento para impulsar el proceso formal, tratando de concienciar a la voluntad política y a la opinión pública. Una buena ocasión para que los jefes de Gobierno y agentes económicos presenten sus planes". Consecuencia de ello, señalar que en Nueva York se dieron cita 120 jefes de Estado y más de 1.000 representantes empresariales, sindicales y sociales.

La lucha contra el cambio climático debe volver a ocupar el papel que le corresponde en la agenda internacional. Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas señaló en su discurso de clausura el gran interés y compromiso de todos los participantes para que la COP de París en 2015 surja un "acuerdo climático universal satisfactorio", cuyo primer borrador se dirimirá en Lima. El propio Ban señaló que "el cambio climático es la cuestión crucial de nuestra era. Está definiendo nuestro presente. Nuestra respuesta definirá nuestro futuro". La ONU se mantiene firme en su propósito de limitar el calentamiento global a 2°C respecto a la época preindustrial. Esta postura fue secundada por muchos líderes políticos. Algunos de los cuales, tanto de distintas regiones como de diferentes fases de crecimiento económico, abogaron por alcanzar un máximo en emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2020. Una vez conseguido se comprometieron a reducir dichas emisiones paulatinamente, así hasta llegar a una neutralidad climática en la segunda mitad del siglo XXI.

Una segunda consecuencia de la Cumbre sobre el Clima fue que el modelo de crecimiento económico futuro debe ser bajo en carbono. Del encuentro salió el compromiso tomado por Gobiernos, empresas, inversores, entidades financieras y líderes sociales de recaudar antes de 2015, 200.000 millones de dólares destinados a proyectos empresariales medioambientalmente responsables. Del mismo modo, una serie de bancos privados anunciaron la emisión de 20.000 millones de dólares en bonos verdes con la intención de ampliar dicha emisión a los 50.000 millones en 2015. El sector asegurador se comprometió a doblar sus inversiones sostenibles en el mismo ejercicio, llegando a los 82.000 millones de dólares, y por último una coalición de inversores se comprometió a descarbonizar inversiones por valor de 100.000 millones de dólares para diciembre de 2015, además de seguir y auditar la huella de carbono generada por distintas inversiones valoradas en 500.000 millones de dólares.

El propio secretario general de la ONU apuntó a la fijación del precio de carbono como "una de las herramientas disponibles más poderosas para reducir emisiones y generar desarrollo, además de un crecimiento sostenible". En la cumbre 73 países y 22 estados, provincias y 11 ciudades -responsables en conjunto del 54 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el 52 por ciento del PIB- se unieron a más de 1.000 empresas e inversionistas para expresar su apoyo a la fijación del precio del carbono a través de una serie de iniciativas, impulsadas por el Banco Mundial. La lista incluye países como China y Sudáfrica que están planeando la fijación del precio del carbono, al igual que Rusia, y naciones en mayor riesgo por el cambio climático, como las Islas Marshall. En cuanto a sectores que refrendaron esta propuesta aparecen el industrial, el energético, el trasporte y el financiero.

Para los firmantes, si la fijación del precio del carbono se expande a esta escala y luego a nivel global, tiene el potencial de reducir las emisiones de una manera que sustente la energía limpia y el crecimiento con bajos niveles de carbono, ofreciendo al mismo tiempo flexibilidad a las empresas para innovar y encontrar las opciones más eficaces. "La ciencia es clara. La economía es convincente. Estamos observando un cambio hacia una arquitectura económica que es necesaria para evitar un mundo 2° C más cálido, una arquitectura que apoya el crecimiento verde, el empleo y la competitividad", dijo durante el encuentro Rachel Kyte, vicepresidenta y enviada especial para el Cambio Climático del Grupo del Banco Mundial. De la Cumbre también se extrajo que cada vez se refuerzan las alianzas y coaliciones supraestatales y sectoriales para hacer frente al cambio climático. Por un lado se presentó el compromiso de las principales empresas del sector del gas y del petróleo en identificar y reducir sus emisiones de gas metano para 2020.

Del mismo modo se presentó la Alianza Global de Agricultores que nace con el reto de ayudar a 500 millones de agricultores a mejorar, para 2030, sus rutinas productivas. También 20 multinacionales especializadas en alimentación se comprometieron a cambiar sus suministros de aceite de palma para poner fin a la deforestación. Como último ejemplo de este nuevo modelo conjunto de lucha contra el cambio climático destacar la creación de una unión mundial de alcaldes formada por 200 ciudades con 400 millones de habitantes lo que supone un 5 por ciento de la población, y que aspira a reducir anualmente las emisiones de sus ciudades entre un 12,4 y un 16,4 por ciento. Destacar iniciativas como la ciudad de Nueva York que quiere reducir sus emisiones de GEI en un 80 por ciento para el año 2050.

Fomentar la adaptación al cambio climático, incluidos los mecanismos financieros, sobre todo para aquellos países menos desarrollados, Islas Estado y todos aquellos territorios en plenas vías de desarrollo, situados especialmente en África y en el Caribe. En la cumbre se reconoció a los 19 países africanos que forman el Corredor Medio Ambiental y se lanzó un plan marco de cobertura para las islas pequeñas del Pacífico con la participación del sector asegurador.

Como conclusión podemos decir que avanzamos proactivamente hacia una economía baja en carbono, y que las empresas han dado un paso adelante comprometiéndose y liderando la lucha contra el cambio climático.

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