El debate en torno a la necesidad de un nuevo marco para las reestructuraciones de la deuda soberana ha aumentado en los últimos años como consecuencia de los eventos acaecidos en Argentina y Grecia. En algunas ocasiones, los recientes problemas de reestructuración han sido considerados como eventos idiosincráticos, pero parece evidente que como mínimo es necesario introducir cambios para evitar futuras situaciones de negativa a participar en los procesos de reestructuración.
Los problemas de transición derivados de la cantidad de tiempo necesario para reemplazar la deuda pendiente por nuevos bonos que incluyan cláusulas de actuación colectiva también podrían dar lugar a litigios perjudiciales durante los próximos años.
Por Nouriel Roubini y Joao Pedro Ribeiro