La declaración de octubre del Banco de Japón no supuso ningún cambio en su política, pero introdujo un nuevo giro: el aumento de la preocupación en torno al descenso de las expectativas de inflación y las consecuencias para el lado de la oferta del descenso temporal de la demanda causado por la subida del impuesto sobre el consumo el pasado 1 de abril.
Estos dos factores apuntan en direcciones opuestas en lo que respecta a la política monetaria: en general, seguimos esperando un aumento de la flexibilización en el primer trimestre de 2015, pero las probabilidades de un adelanto de las medidas son ahora mayores.
Por Don Hanna