Aunque resulte manido hablar de que la situación económica que viene atravesando España en los últimos años, ha generado situaciones de verdadera crisis y dificultad en el conjunto de las empresas (independientemente de su tamaño), no deja de ser un tema de actualidad.
Todo el mundo puede proponer un sinfín de ejemplos en ese sentido. Empresas en situación de crisis abocadas a un concurso de acreedores, expedientes de regulación de empleo que afectan a un grandísimo número de trabajadores, descenso generalizado de ventas y facturación, etc...
Los despachos de abogados, en tanto que empresas de prestación de servicios jurídicos, no son ajenos a esa difícil situación habida cuenta de que sufren, en igual medida, los problemas de sus propios clientes.
Ese hecho hace que los profesionales de tales despachos sean especialmente sensibles a las dificultades de los usuarios de sus servicios.
De esa especial sensibilidad surgen los nuevos retos a los que se enfrentan los profesionales del derecho: ¿cómo atender de forma más eficiente las necesidades del cliente?, ¿cómo prestar un mejor servicio ante la complejidad de los asuntos atendidos?, ¿cómo rebajar el precio de los propios servicios incrementando simultáneamente la calidad del trabajo realizado?.
Las anteriores preguntas han propiciado una renovación de los servicios ofrecidos por las distintas firmas jurídicas y un nuevo enfoque en la forma de trabajar y en la forma de poner en práctica los conocimientos adquiridos y el «know how» de largos años de práctica profesional.
En el despacho Jorge Juan Abogados, han optado por condensar lo anterior en el concepto "asesoramiento jurídico integral a empresas". Dicho concepto, basado en la especialización en las materias mercantil, laboral y fiscal, permite responder eficazmente a los problemas complejos que le plantean sus clientes.
En un mundo (jurídico) como el actual, en el que una decisión empresarial que, en principio, sólo tendría relevancia en el orden mercantil, sucede que esta cobra con frecuencia trascendencia en otros órdenes jurídicos, por cuanto dicha decisión puede afectar a los trabajadores de la empresa o puede suponer un hecho imponible tributario.
Los clientes agradecen que los problemas que se les plantean puedan ser tratados en un único lugar, sin necesidad de ser derivados a otros profesionales ajenos a su abogado de confianza y que puedan ser motivo de disfunciones en la llevanza del asunto.
A su vez, la especialización por materias garantiza al cliente que el abogado que le atiende tiene un conocimiento profundo de la cuestión a tratar, sin perjuicio del apoyo que, eventualmente, pueda ser prestado por compañeros especializados en otras materias igualmente afectadas en un concreto caso.
Este sistema de prestación resulta adecuado para una amplia tipología de clientes, ya que va acompañado del concepto de "escalado de servicios".
De esta forma, Jorge Juan Abogados es capaz de adaptar sus servicios a las concretas necesidades del cliente. No precisa el mismo tipo de asesoramiento una microempresa que una PYME o una gran empresa, y por tanto los profesionales que deben prestar ese asesoramiento tienen muy en cuenta las necesidades del concreto cliente.
La relación entre abogado y cliente es, esencialmente, una relación de confianza recíproca, y resulta fundamental que ambos mantengan un contacto fluido y estable. En los despachos profesionales de mayor tamaño puede darse la situación en la que el cliente no sepa exactamente quién es el profesional que se hace cargo efectivamente de su asunto. Por el contrario, los profesionales de Jorge Juan Abogados buscan establecer y profundizar esas relaciones de confianza con su cliente que redundan en un mejor servicio al mismo.
Aprovechando el desarrollo de estos nuevos conceptos de trabajo en el ámbito de los despachos de abogados y con la finalidad de resolver de la mejor manera las necesidades de sus clientes, Jorge Juan Abogados ha lanzado una nueva web renovada que pueden visitar en www.jorgejuanabogados.com
