Mientras el presidente Xi consolida su autoridad, optará por más reformas y menos crecimiento. Eso implica que, a corto plazo, no veremos seguramente una flexibilización monetaria amplia ni gran cosa por la parte fiscal tampoco.
El efecto del crecimiento global del PIB por la desaceleración de la inversión se verá amortiguado en cierta medida por el ascenso de las exportaciones. En gran parte, se trata de un reequilibrio de la demanda a fuentes externas, más que un mero hundimiento.
Por Don Hanna