Las sanciones económicas y el impulso por reemplazar las importaciones suponen un empuje temporal para la producción rusa, mientras la sustitución de importaciones refuerza la fabricación y las exportaciones netas. Aun así, a la economía le cuesta crecer y las sanciones exacerban cuestiones estructurales de la economía y perpetúan un periodo de infra-inversión.
La desescalada duradera del conflicto en Ucrania que facilite la reversión de las sanciones atraería flujos de entrada de capital a Rusia y mejoraría el poder adquisitivo de su población pero sólo supondría unos efectos positivos modestos en el crecimiento. Nuestro caso base ve al RUB, la deuda externa y el capital con más presiones mientras la calidad del crédito de las empresas y los prestatarios empeora.
Por Rachel Ziemba