La decisión del banco central noruego de dejar sus tipos sin cambios al 1,50% y no indicar movimientos hasta pasado 2015 no ha supuesto muchos cambios respecto a la declaración previa de junio. Aun así, su decisión de descartar su sesgo blando ha aupado a la corona un 1,3%. Los principales riesgos a la baja siguen siendo la próxima evacuación de la inversión de petróleo marítimo, la debilidad de la eurozona y la beligerancia rusa, como antes. Sin embargo, ahora va a hacer falta un golpe importante para que la economía noruega justifique los recortes de tipos, sobre todo porque el mercado inmobiliario se ha vuelto a calentar.
Por David Nowakowski