Las pérdidas en el primer semestre anunciadas por Banco Espírito Santo, el segundo mayor banco de Portugal, han provocado que su solvencia se sitúe por debajo de las exigencias mínimas. Reiteramos nuestra opinión de que se trata de un evento idiosincrático, no sistémico, aunque probablemente reavivará las dudas en torno al funcionamiento de una unión bancaria en la UE.
Por Jennifer Kapila