Las pérdidas acumuladas de producción de la OPEP y la incertidumbre por las condiciones en Ucrania e Irak apuntan a unos mercados petroleros potencialmente más estrictos y unos precios más altos, lo que subraya la importancia de trazar la seguridad del petróleo y optar por países resistentes a los precios y riesgos del suministro. Los importadores de petróleo con ahorro energético y capacidad fiscal o monetaria para flexibilizar son los más resistentes, mientras que los importadores emergentes de petróleo intensivos en energía y de gran tamaño son los más vulnerables. En caso de una subida del precio del petróleo, la divisa y deuda india y turca estarían bajo presión. Incluso en los países donde una demanda débil restringe el potencial de vertido de la inflación o la política fiscal protege a los consumidores, los márgenes corporativos se verían perjudicados, lo que supone un viento en contra para el capital emergente.
Por Paulina Argudin, Ian Watt, Paul Domjan, Rachel Ziemba y Mike Liu.