En una decisión largamente esperada, el gobierno canadiense ha autorizado la construcción del oleoducto Northern Gateway, el cual transportará crudo pesado desde Alberta hasta la costa oeste. Este anuncio hace que la intención previamente declarada por el gobierno de orientar el comercio hacia Asia tenga mayor credibilidad. La decisión podría tener un coste político para el actual gobierno conservador, el cual se enfrenta a la reelección el próximo año. Asimismo, todavía quedan muchos obstáculos por superar, entre ellos los escollos jurídicos planteados por los grupos medioambientales y de las Primeras Naciones, así como la oposición del gobierno de la provincia de la Columbia Británica, antes del inicio de la construcción. Sin embargo, se trata de un primer paso para que Canadá se convierta en un importante exportador de energía a nivel internacional fuera de las fronteras norteamericanas.
Por Sheryl King
