Seleccion eE

"El papel es el sector industrial que más biomasa produce y consume de toda España"

La Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel) lleva años tratando de minimizar el impacto que generan sus empresas en el medio ambiente. La concienciación es total, explica Carlos Reinoso, su director general. No obstante, todavía queda mucho por hacer. El camino de la sostenibilidad es largo y requiere importantes esfuerzos.

La producción de papel se ha considerado siempre como una de las grandes amenazas para el medio ambiente, principalmente por la deforestación. ¿Cómo lucha la industria en España y en otros países contra esta imagen?

Lo cierto es que justamente lo contrario: más papel significa más árboles. La madera que utilizamos para fabricar papel procede de árboles -fundamentalmente eucaliptos y pinos- que se plantan y se cultivan para ese fin en plantaciones que están continuamente regenerándose y replantándose.

Esas plantaciones para papel en España ocupan 465.000 hectáreas, el 2,6 por ciento de la superficie total de bosques. Hay que tener en cuenta además que estos cultivos son grandes sumideros de CO2: las plantaciones de madera para papel en España almacenan 30 millones de toneladas de CO2 equivalente. Ese carbono almacenado no se libera con la corta del árbol sino que permanece almacenado en el papel y a través del reciclaje se va ampliando una y otra vez el plazo de secuestro.

El sector papelero trabaja también para promover la oferta de madera nacional certificada, con una etiqueta que garantice al consumidor la procedencia de una plantación gestionada sosteniblemente. La apuesta por la gestión forestal sostenible y su certificación se ha encontrado siempre con el escollo del pequeño tamaño y la dispersión de las explotaciones forestales españolas.

En ese sentido, la nueva Ley de Montes es la gran oportunidad para impulsar definitivamente la certificación forestal en nuestro país. El 100 por cien de nuestras fábricas de celulosa tienen certificada la cadena de custodia, pero hay un déficit de madera nacional certificada, que actúa como cuello de botella, con el resultado de que la producción de papel certificada es del 22 por ciento y la de celulosa del 32 por ciento.

Aparte de la deforestación, también se apunta a la industria papelera como un importante emisor de CO2 por los procesos de producción y por los elevados consumos de agua y energía. ¿Cómo está el sector tratando de limitar su impacto en estos ámbitos?

Estamos realizando un gran esfuerzo por minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero con la aplicación de las mejores tecnologías disponibles. De hecho, gracias a este esfuerzo, la fabricación de todo el papel que un español consume al año -libros, periódicos, embalajes, papel higiénico?- produce menos emisiones de CO2 que un solo viaje en coche Madrid-Barcelona-Madrid.

Entre todos los sectores industriales españoles, el papelero es el mayor productor y utilizador de energía renovable procedente de la biomasa. La biomasa supone el 37 por ciento de los combustibles que utilizamos y el gas natural el 61 por ciento. Con una potencia instalada en cogeneración de 1.135 MW, el sector papelero no sólo produce la energía que consume sino que aporta sus excedentes al sistema.

Desgraciadamente, la reforma energética está poniendo en peligro estos logros y penalizando absurdamente la eficiencia energética y la competitividad de la industria. Por otro lado, el 72 por ciento de los residuos de fabricación los valorizamos por distintas vías: uso directo agrícola (24 por ciento), valorización energética en la propia fábrica (24 por ciento), compostaje (15 por ciento), industria cerámica (3 por ciento), industria cementera (6 por ciento), etcétera.

En cuanto al consumo de agua, hemos logrado una muy importante reducción: con respecto a 1990 el volumen total de agua utilizada disminuyó un 53 por ciento, cuando la producción total de papel y celulosa es hoy un 64 por ciento mayor que entonces.

Existen algunos casos de fábricas que reutilizan agua regenerada en sus procesos. ¿Es esta una de las soluciones de más futuro?

Efectivamente, la primera fábrica de Europa en producir papel 100 por cien reciclado con agua 100 por cien regenerada está en España. Es un caso singular, debido a su ubicación y abastecimiento.

Del total del agua que se utiliza en nuestro país para la fabricación de celulosa y papel, sólo el 5-10 por ciento se consume al evaporarse durante el proceso industrial o porque se incorpora al producto. El resto del agua (el 90-95 por ciento) se devuelve al río o al mar una vez depurado.

Pero la industria del papel en España y en Europa está trabajando para ir mucho más allá: para fabricar papel sin utilizar agua, algo que puede parecer ciencia ficción, pero que está ya sobre la mesa.

¿En líneas generales cómo afronta el futuro la industria del papel en lo que se refiere a su impacto medioambiental y a esas innovaciones tecnológicas?

El sector del papel en España y en Europa está inmerso en un proceso de cambio tecnológico sin precedentes, un gran salto tecnológico que cambiará radicalmente los procesos de fabricación y permitirá una descarbonización masiva.

Fabricar papel prácticamente sin utilizar agua, imitando el comportamiento de los pingüinos, eliminar las emisiones asociadas a su fabricación o producir celulosa a bajas temperaturas con un mínimo de energía, aprendiendo de las plantas, son algunos de los rompedores conceptos tecnológicos en los que trabajamos.

En línea con el Roadmap for moving to a competitive low-carbon economy in 2050 de la CE, la industria papelera europea fue uno de los primeros sectores que elaboró su propia hoja de ruta, asumiendo el objetivo de una descarbonización masiva y poniendo en marcha el proyecto paneuropeo Two Team, pilotado por la asociación papelera europea Cepi, a la que Aspapel pertenece. El resultado es una serie de conceptos tecnológicos rompedores que ahora desarrollan varios consorcios de empresas.

Además de una drástica reducción de las emisiones, este salto tecnológico supondrá un paso de gigante en cuanto a la eficiencia en el uso de los recursos, lo que supondrá una drástica reducción del impacto medioambiental.

¿Qué papel juega la industria papelera en los procesos de reciclaje y reutilización de residuos? ¿Existe colaboración con los sistemas de gestión de recogida y reciclaje?

La industria papelera es muy activa en la promoción de las buenas prácticas de reciclaje con el programa Tu papel es importante, que ha recibido los más importantes premios europeos.

Somos los subcampeones europeos del reciclaje de papel y cartón, superados sólo por Alemania en volumen de papel reciclado. Recogemos para reciclar más del 70 por ciento del papel y cartón que utilizamos, pese a que el consumo de papel ha encadenado varios años de descensos hasta situarse a niveles de 1998. Con un consumo de papel similar al de 15 años atrás podría pensarse que el papel usado recogido para reciclar sufriría un descenso equivalente.

Sin embargo, consumiendo la misma cantidad de papel y cartón, recogimos en 2013 un 60 por ciento más de papel usado para reciclar que en 1998.

¿Cómo es el sector papelero español en cifras económicas y sobre el impacto de su actividad en el medio ambiente? ¿Qué particularidades existen aquí con respecto a otros países?

Podemos decir que nuestros ratios medioambientales se encuentran entre los mejores de la Unión Europea, que a su vez tiene los más altos estándares del mundo. Por ejemplo, como hemos visto, somos los segundos recicladores de Europa, sólo por detrás de Alemania en volumen total de papel reciclado.

Nuestro compromiso con el medio ambiente como sector es claro. Fuimos el primer sector industrial que editó en España una Memoria Sectorial de Sostenibilidad fijando ambiciosos objetivos y actuaciones de mejora para el conjunto del sector. La iniciativa fue pionera en 2005 y aún hoy hay muy pocos sectores que hagan un ejercicio similar de transparencia.

¿Cómo valoran la creciente digitalización? ¿Menos papel significa, a priori, más sostenibilidad medioambiental?

Mientras muchos siguen enzarzados en la discusión sobre si el futuro será de papel o digital, impreso o electrónico, una nueva realidad integradora y de convivencia complementaria se va imponiendo. El papel impreso añade a su fisicidad -el tacto, el olor?- y a las enormes posibilidades creativas que ofrece su calidad de impresión, todo un nuevo mundo de colaboración con lo digital a través de la electrónica impresa sobre papel y a través de la realidad aumentada, que une lo mejor de dos mundos complementarios: el papel impreso y la información digital.

El papel es el soporte digital del futuro por sus imbatibles características medioambientes: es natural, es renovable, es reciclable y se recicla masivamente y es incluso rápidamente biodegradable. No hay quien dé más. Por esa razón, menos papel no es necesariamente sinónimo de sostenibilidad.

Puede ser incluso lo contrario, si estamos hablando de dejar de utilizar papel para sustituirlo por otros materiales o soportes que no tienen esas imbatibles características medioambientales del papel.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky