Tal como esperábamos, en su reunión sobre política monetaria del 5 de junio el BCE aprobó un paquete de medidas bastante completo, rebajando los tipos de referencia y de depósito (hasta 0,10 y -0,10 puntos básicos, respectivamente), introduciendo una OFPML (aparentemente) condicional, poniendo fin a la esterilización de las compras del Programa para Mercados de Valores e intensificando los preparativos para un programa de compras de títulos respaldados por activos. En su alocución a la prensa, Mario Draghi remarcó que el BCE "todavía no había terminado", afirmando que podría aumentar rápidamente la flexibilización monetaria a través de medidas no convencionales "si fuese necesario". La euforia inicial de los mercados tras el anuncio podría dar paso al escepticismo con el paso del tiempo, aunque las señales de Draghi acerca de un futuro aumento de la flexibilización probablemente seguirán suponiendo un apoyo constante para los bonos soberanos y la renta variable de la Eurozona (especialmente la periferia) e impedirán que el tipo de cambio EUR/USD regrese al nivel de 1,40 demasiado rápidamente.