Sin que suponga una sorpresa para nadie, el ex-jefe del ejército egipcio Abdel Fattah el-Sisi se perfila como ganador de las elecciones presidenciales, con casi el 95% de los votos, superando con facilidad a su único oponente el candidato nasserista Hamdeen Sabahi.
No obstante, su aplastante victoria se ha visto empañada por la baja participación - menos del 50%, bastante por debajo del 80% que solicitaba Sisi, incluso después de los tres días (en lugar de los dos previstos inicialmente) de votación.
El decepcionante nivel de participación electoral plantea dudas en torno a la legitimidad de Sisi. No esperamos una mejora significativa de la perspectiva macroeconómica de Egipto, sino únicamente una aceleración muy moderada de la producción económica 2015, a medida que los fondos del CCG se dirijan gradualmente hacia la inversión inmobiliaria.
Por Maya Senussi
