Cuando los precios de la vivienda superan a la inflación por un amplio margen, aumentan las preocupaciones de sobrevaloración inmobiliaria. Sin embargo, los precios de la vivienda por sí solos no bastan para determinar la existencia de una burbuja inmobiliaria porque es posible que las viviendas fuesen baratas al principio o los cambios estructurales en la economía y los mercados financieros justifiquen la subida de precios. Recomendamos las siguientes medidas de evaluación del mercado inmobiliario de un país concreto: índice precio de la vivienda/ingresos (posibilidad de burbuja con una desviación del 40-60% respecto a la media a largo plazo), índice precio/alquiler (una desviación del 30-60% del nivel ?normal? apunta a una burbuja), índice de nuevas viviendas/población (la comparación del ritmo de construcción con el ritmo de formación de hogares o crecimiento de la población ofrece datos valiosos) y niveles de deudas y servicio de la deuda (unos índices altos de deuda familiar/PIB/renta disponible hacen saltar las alarmas).
Por el equipo de investigación de RGE.