En términos generales, en las últimas fechas no hemos observado ningún cambio en el riesgo soberano ni en el atractivo para la inversión en el conjunto del ámbito de los mercados desarrollados, pero se ha producido un fuerte ajuste en las balanzas exteriores. En el segundo trimestre de 2013, el déficit por cuenta corriente de una década de duración se había convertido en superávit en Italia, Portugal y España (gracias al fuerte aumento de las exportaciones en la periferia de la eurozona), y se había reducido significativamente en Francia. El desapalancamiento exterior ha continuado, aunque encabezado por países con bajos niveles de endeudamiento externo (Australia, Canadá, Irlanda, Israel, Japón, Noruega y EE.UU.). Al mismo tiempo, la deuda exterior ha vuelto a aumentar en países de la periferia de la eurozona fuertemente endeudados que anteriormente no disponían de acceso a los mercados (como Portugal), pero que ahora se están beneficiando del sentimiento positivo provocado por la recuperación del crecimiento.
Por Evghenia Sleptsova y Mike Liu