Nuestras puntuaciones de inclusión social indican que, de media, la discriminación formal contra las minorías (reflejada en la legislación) es similar en todos los mercados desarrollados, emergentes y fronterizos, aunque los niveles de discriminación de facto varían mucho. Los mercados emergentes tienden a contar con un entorno más hostil hacia los grupos minoritarios que los desarrollados y fronterizos. De media, la satisfacción vital es considerablemente mayor en los mercados desarrollados, aunque en el último año sólo hemos visto mejoras en los fronterizos. En términos de privación percibida (la brecha entre la calidad de los servicios públicos prestados por el estado y la forma en que se perciben esos servicios), nuestro modelo destaca unos grados mayores de mala percepción en los mercados desarrollados y fronterizos que en los emergentes. Nuestra medida de la inclusión social permite a los inversores conocer más a fondo los riesgos "blandos" a los que se enfrentan en mercados concretos.
Por Paulina Argudin