El pasado 11 de febrero, el banco central de Kazajistán sorprendió a los mercados al anunciar un nuevo nivel para la paridad de su moneda, lo que ha supuesto una devaluación del 19% para el tengue. La moneda tiende a seguir el comportamiento del RUB con retraso, dados los vínculos económicos y financieros existentes entre los dos países, por lo que tal vez la devaluación no debería haber sido ninguna sorpresa en vista de la depreciación del 15% sufrida por el RUB durante el pasado año (unida al reciente descenso de las reservas de divisas del Kazajistán). La magnitud de la devaluación parece creíble y probablemente se trate de un acto aislado, debido especialmente a que las balanzas exteriores de Kazajistán siguen siendo más sólidas que las de mercados fronterizos que son verdaderos casos perdidos como Venezuela, Argentina y Ucrania, cuyas presiones para la refinanciación son más significativas.
Por Rachel Ziemba