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Los regantes se rebelan por el alza de la luz

Dan por terminado el proceso negociador con la Administración y ya preparan movilizaciones para el día 26 de febrero. Los aumentos en la tarifa eléctrica hacen inviable la modernización de los regadíos en nuestro país.

Seis años de negociaciones con las distintas Administraciones no han servido para nada y los regantes, cansados ya de esperar, han decidido rebelarse contra lo que denominan el tarifazo eléctrico.

Así, como primera medida de protesta el sector del regadío en España prepara movilizaciones para el próximo 26 de febrero con el objetivo de presionar al Gobierno para que éste tenga en cuenta sus reclamaciones. Y es que según denuncian, las continuas subidas de la luz desde 2008, cuando fueron suprimidas las tarifas especiales para en el sector, han provocado que la partida eléctrica represente en estos momentos más de un 40 por ciento de los costes totales del agua de riego.

Detrás de estas movilizaciones se encuentra la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), la cual ha dado por rotas las negociaciones con la administración por su inacción. "La factura eléctrica se ha encarecido con la excusa del déficit de tarifa en una media del 70 por ciento, con un incremento de los costes fijos (regulados) superior al 1.000 por cien en muchas zonas regables, que ha de pagarse todo el año cuando se trata de un servicio que muchos regantes solo utilizan la mitad del año coincidiendo con la época de riego", explican.

Después de la constantes subidas registradas en la tarifa desde 2008, la gota que ha colmado la paciencia de los regantes ha sido la última reforma energética aprobada por el Gobierno el pasado mes de julio de 2013.

El nuevo marco legislativo que pone contra las cuerdas al sector y compromete el proceso de modernización de regadíos, la cual ha permitido incorporar las nuevas tecnologías a más de un millón de hectáreas de regadío y en especial la instalación de sistemas de presión en sustitución de los antiguos sistemas de gravedad. Éstos últimos, aunque no se caracterizan por los ahorros de agua que generan, sí tienen, según los regantes, unos costes eléctricos despreciables.

Según Andrés del Campo, presidente de Fenacore, sólo desde agosto el sobrecoste energético por la reforma ha supuesto al sector 80 millones de euros. Para la federación no estamos ante un mercado libre energético, sino ante un fuerte lobby que si no se rompe supondrá la ruina para el sector de la agricultura.

Reclamaciones al Gobierno

Mientras los regantes de toda España se organizan bajo el lema El regadío agoniza. No al tarifazo eléctrico para protestar de forma simultánea y coordinada por toda la geografía española, las reclamaciones del sector siguen encima de la mesa del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a la espera de ser atendidas.

Tres son sobre todo las soluciones que desde Fenacore destacan como las más viables para devolver la estabilidad al campo. Por una lado se encuentra la instauración de un nuevo IVA reducido al suministro eléctrico para regadíos. Para ello el sector toma como referencia lo sucedido en Italia, donde las gestiones directas de Roma ante la Unión Europea han favorecido la puesta en marcha de una medida similar.

De forma paralela, Fenacore insta al Gobierno a que los regantes paguen únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada. Otras alternativas planteadas consisten en despenalizar el uso de las tarifas de temporada o bien, "poder firmar más de un contrato por año". Uno anual con una mínima potencia para el suministro básico del mantenimiento de los equipos y otro de temporada para los meses de máximo consumo.

Asimismo, los regantes reclaman que el regadío pueda producir energía distribuida y generar electricidad en su zona regable para autoconsumo, algo que ya existe en otros países europeos, asiáticos y americanos.

Más empleo en agricultura

Mientras se despejan las incertidumbres en el ámbito del regadío, el conjunto del sector agrario dio una grata sorpresa en los úlitmos datos de desempleo facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Y es que la destrucción de empleo en 2013 afectó a todos los sectores, menos a la agricultura, que creó 6.800 puestos de trabajo, un 0,9 por ciento más en comparación con el año anterior.

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