Desde 2000, los precios inmobiliarios han subido casi el 90% en Canadá, un país cuyo sector inmobiliario y bancario consiguió emerger de las crisis financieras globales con una corrección mínima en 2008. Unos tipos bajos y unos precios desorbitados ayudaron a precipitar la rápida expansión del crédito hipotecario entre 2003 y 2013 (del 41% del PIB al 63%), haciendo que la situación fuera aún más precaria para unos hogares canadienses altamente endeudados. Aunque la posible corrección no será precisamente indolora, esperamos un proceso de ajuste relativamente gradual en vez de una escenificación canadiense de la crisis inmobiliaria estadounidense, ya que sólo se espera un ascenso moderado de los tipos hipotecarios en 2014-15, un periodo en el que también podría producirse una aceleración del crecimiento de la renta.
Por Jennifer Hsieh