El Banco de Japón no introdujo ningún cambio en su programa de flexibilización cuantitativa y cualitativa en el mes de enero, pero su declaración tras la reunión adoptó un tono más pesimista acerca de la inflación, afirmando que se espera que el IPC subyacente continúe aumentando a un ritmo en torno al 1,25% interanual "durante algún tiempo". En anteriores declaraciones se afirmaba que el ritmo de la inflación "probablemente aumentase gradualmente". Seguimos creyendo que el Banco de Japón esperará hasta finales de 2014 para doblar su apuesta por la flexibilización cuantitativa y cualitativa, una vez que compruebe cuál ha sido el impacto económico de la subida del impuesto sobre el consumo del mes de abril. Sigue sin estar clara la forma de flexibilización monetaria no convencional que adoptará exactamente el Banco de Japón, aunque esperamos un cambio significativo en la política y no un ajuste gradual.
Por Adam Wolfe.