Aunque la propuesta de Argentina al Club de París y la inesperada devaluación del peso han acaparado los titulares, estos movimientos no son necesariamente sorprendentes dado el deterioro de las cuentas externas del país. El riesgo de que se produzca una crisis de deuda inmediata en Argentina se ha incrementado, y si bien el nuevo gobierno ha intentado de ganar tiempo para mejorar sus reservas de divisas, no ha realizado ningún intento claro por solucionar las causas fundamentales de sus problemas económicos subyacentes: una postura excesivamente flexible en materia de política fiscal y monetaria e insuficientes incentivos para la inversión. En estas condiciones, esperamos que la inflación (actualmente en torno al 30%) aumente todavía más, mientras que el ARS probablemente continuará sometido a presiones a pesar de su reciente debilitamiento.
Por Joao Pedro Ribeiro y Rachel Ziemba.
